Madrid,05.10.2017,(EFE).
El número de pacientes en tratamiento renal sustitutivo -diálisis o trasplante- en España ha aumentado un 20 por ciento en la última década y aproximadamente 4.900 personas mueren cada año a la espera de un trasplante de riñón, cifras que preocupan a los expertos, que alertan ya de una "epidemia creciente".
Así, mientras que en 2010 la prevalencia de la enfermedad renal crónica se situaba en el 10 %, un nuevo estudio epidemiológico dado a conocer hoy por la Sociedad Española de Nefrología (SEN) advierte de que esta cifra se sitúa en la actualidad por encima del 15 % y afecta a 1 de cada 7 adultos españoles.
"No podemos permitirnos que las cifras sigan aumentando al ritmo que lo han hecho en estos últimos años", ha alertado en una rueda de prensa la presidenta de la SEN, María Dolores del Pino, que ha reclamado el cumplimiento de la Estrategia Marco de la Enfermedad Renal Crónica en España, aprobada hace dos años por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas.
Entre las medidas que contempla la estrategia, Del Pino ha subrayado como reto la prevención y el diagnóstico precoz de esta patología que afecta a 4,5 millones de personas, aunque la mayoría lo desconoce, ya que el 40 % de ellos no está diagnosticado.
Una de las razones de este infradiagnóstico radica en la falta de síntomas en la fase temprana de la enfermedad que es, sin embargo, la causa de muerte prematura que más ha aumentado en los últimos 20 años, incluso por encima del cáncer.
La mayoría de los pacientes mueren incluso antes de recibir tratamiento renal sustitutivo -diálisis o trasplante-, tal y como ha lamentado el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha contra la Enfermedad Renal (Alcer), Jesús Molinuevo.
Molinuevo ha alertado de que "estamos perdiendo la batalla" contra la enfermedad, que afecta al 37 % de los mayores de 65 años, según datos del Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular en España (Enrica) sobre 11.505 personas, coordinado por la Universidad Autónoma de Madrid y que se presentará en el Congreso de la SEN en Burgos entre el 6 y el 9 de octubre.
En este sentido, el presidente de Alcer ha indicado que el aumento de la esperanza de vida y el creciente envejecimiento de la población lleva a pensar que las cifras seguirán aumentando con la consiguiente merma en la calidad de vida de estos enfermos y el aumento del coste sanitario.
Un paciente en hemodiálisis cuesta al sistema 46.000 euros al año -en la actualidad 55.000 pacientes reciben este tratamiento- y consumen el 3 % del gasto sanitario en España.
Tratar a los pacientes en una fase avanzada de la enfermedad cuesta, además, 3 veces más que el tratamiento en estadios iniciales.
Para atajar el problema "debemos poner el énfasis en los pacientes obesos, hipertensos, diabéticos o con enfermedades cardiovasculares", ha insistido la presidenta de la SEN, que ha destacado la importancia de realizar cribados entre la población de riesgo para detectar la patología en los estadios más tempranos y frenar su evolución.
Ha recordado que el estudio Enrica pone de manifiesto la mayor prevalencia de esta enfermedad entre varones (23,1 % frente al 7,3 % en mujeres) y la relación entre enfermedad cardiovascular y enfermedad renal crónica, de manera que cerca del 40 % de los pacientes con problemas cardiacos la sufre.
También es mucho mayor entre las personas de edad avanzada por la acumulación de factores de riesgo, como el consumo de tabaco, alcohol, hipertensión y obesidad por lo que se hace necesaria una política preventiva que actúe desde la infancia en la promoción de hábitos de vida saludables, uno de los objetivos del "Código Riñón", campaña puesta en marcha por la SEN. EFE
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