La manipulación de algunos medios de comunicación en la representación de las mujeres árabe y musulmana es "realmente escandalosa", afirmó en una entrevista a EFE Clara Yuste, psicóloga y ponente en el primer Congreso Internacional de Género y Frontera organizado por la Universidad de La Laguna (ULL).
Durante su intervención en esas jornadas dedicadas a la mujer, la investigadora se refirió al tratamiento informativo que los medios occidentales realizan de la identidad cultural musulmana y árabe, y que, según asegura, se corresponde con una visión "negativa, conflictiva y etnificada".
Para Yuste, el discurso difundido por los medios y las industrias culturales, como el cine o la literatura, se corresponde con una imagen de la mujer árabe y musulmana plagada de prejuicios y estereotipos.
"Las mujeres son mostradas en el Occidente contemporáneo como "veladas", "oprimidas" y "sumisas", afirma Yuste.
De forma genérica, las mujeres vinculadas al islam son representadas desde la victimización como pasivas y sumisas, subrayando la incompatibilidad del Islam-modernidad y recurriendo a la imagen "efectista" de choque de civilizaciones.
También se muestran desde una perspectiva orientalista como "misteriosas" y "sensuales", lo que constituye una visibilización de las sociedades árabo-musulmanas basada en mitos, explica.
La investigadora insiste en que estas conclusiones son resultado de un estudio realizado sobre diversos medios nacionales durante el periodo 2004-2008 y afirma que aunque existen códigos deontológicos que regulan la práctica periodística y profesionales sensibilizados, éstos aseguran que las rutinas productivas de las empresas de comunicación son las responsables de que "la realidad sea otra".
Indica que en los países occidentales se promueve un "modelo fijo y homogéneo" de la mujer vinculada a la identidad islámica, que oculta la pluralidad y la diversidad de voces que existe dentro del islam, y que, según asegura, ni los medios ni los discursos públicos reflejan.
Se lamentó de que los medios "alternativos" que se alejan de este discurso "pretencioso" son minoritarios y aludió a la responsabilidad de los mass media como " grandes generadores de opinión, a los que se les presupone un discurso objetivo y veraz", matiza.
Según Yuste, se insiste en la imagen de la mujer con pañuelo como subyugada e ignorante, para la cual el velo constituye un elemento opresor, y en la opuesta la de aquella que defiende la libertad de llevarlo, representada siempre como una mujer "culta".
"La mujer se convierte en noticia si lleva velo, y también si decide no ponérselo", comenta, y matiza que es "superflua" la interpretación que asocia a la mujer velada con la sumisión y a la desvelada con la liberación.
"La prioridad de estas mujeres no es el hecho de llevar o no velo, sino erradicar la pobreza y la violencia, y el acceso a la educación y al trabajo en condiciones de igualdad", destaca Yuste, quien asegura que la indumentaria siempre "se visibiliza" de manera negativa.
Según datos extraídos de un análisis de su visibilización en internet realizado por la autora, el 56 por ciento de las informaciones estudiadas muestran una mujer con velo, el 38 por ciento destaca sus "enigmáticas miradas" y el 29 por ciento hace referencia a representaciones de corte orientalista como la danza de vientre, prácticas que en ocasiones "se confunden en occidente".
Se refirió a los últimos acontecimientos ocurridos en Irán, "ilustrados casi en su totalidad con fotografías de mujeres" que subrayan su diferencia "en negativo".
Yuste explicó que los estereotipos gráficos de "exotismo" de la mujer árabe y musulmana son también frecuentes en los relatos de los viajeros que visitan algún país árabe o musulmán, los cuales siempre aluden a la mujer "velada" de "sensual mirada".
"El harén fascinó a los viajeros en el siglo XIX y sigue fascinando en la actualidad; los europeos dicen que son modernos pero sueñan con él", indicó la investigadora citando a una destacada autora arabista.
"No cabe duda de que la mujer musulmana está instrumentalizada, existe una repetición obsesiva de determinados asuntos y el silencio respeto a otros, ésta es utilizada para subrayar la diferencia y mostrar los aspectos más negativos de este tipo de sociedades y de la religión.
Ante esta situación, Yuste apunta que la "visibilización" de la heterogeneidad de la mujer árabe y musulmana pasa por reflejar esta pluralidad alejándose de los estereotipos y de las marcas semánticas, y por el rigor en los discursos públicos y mediáticos.
"No hay que temer la diversidad de las sociedades porque éstas ya son diversas", añadió.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Durante su intervención en esas jornadas dedicadas a la mujer, la investigadora se refirió al tratamiento informativo que los medios occidentales realizan de la identidad cultural musulmana y árabe, y que, según asegura, se corresponde con una visión "negativa, conflictiva y etnificada".
Para Yuste, el discurso difundido por los medios y las industrias culturales, como el cine o la literatura, se corresponde con una imagen de la mujer árabe y musulmana plagada de prejuicios y estereotipos.
"Las mujeres son mostradas en el Occidente contemporáneo como "veladas", "oprimidas" y "sumisas", afirma Yuste.
De forma genérica, las mujeres vinculadas al islam son representadas desde la victimización como pasivas y sumisas, subrayando la incompatibilidad del Islam-modernidad y recurriendo a la imagen "efectista" de choque de civilizaciones.
También se muestran desde una perspectiva orientalista como "misteriosas" y "sensuales", lo que constituye una visibilización de las sociedades árabo-musulmanas basada en mitos, explica.
La investigadora insiste en que estas conclusiones son resultado de un estudio realizado sobre diversos medios nacionales durante el periodo 2004-2008 y afirma que aunque existen códigos deontológicos que regulan la práctica periodística y profesionales sensibilizados, éstos aseguran que las rutinas productivas de las empresas de comunicación son las responsables de que "la realidad sea otra".
Indica que en los países occidentales se promueve un "modelo fijo y homogéneo" de la mujer vinculada a la identidad islámica, que oculta la pluralidad y la diversidad de voces que existe dentro del islam, y que, según asegura, ni los medios ni los discursos públicos reflejan.
Se lamentó de que los medios "alternativos" que se alejan de este discurso "pretencioso" son minoritarios y aludió a la responsabilidad de los mass media como " grandes generadores de opinión, a los que se les presupone un discurso objetivo y veraz", matiza.
Según Yuste, se insiste en la imagen de la mujer con pañuelo como subyugada e ignorante, para la cual el velo constituye un elemento opresor, y en la opuesta la de aquella que defiende la libertad de llevarlo, representada siempre como una mujer "culta".
"La mujer se convierte en noticia si lleva velo, y también si decide no ponérselo", comenta, y matiza que es "superflua" la interpretación que asocia a la mujer velada con la sumisión y a la desvelada con la liberación.
"La prioridad de estas mujeres no es el hecho de llevar o no velo, sino erradicar la pobreza y la violencia, y el acceso a la educación y al trabajo en condiciones de igualdad", destaca Yuste, quien asegura que la indumentaria siempre "se visibiliza" de manera negativa.
Según datos extraídos de un análisis de su visibilización en internet realizado por la autora, el 56 por ciento de las informaciones estudiadas muestran una mujer con velo, el 38 por ciento destaca sus "enigmáticas miradas" y el 29 por ciento hace referencia a representaciones de corte orientalista como la danza de vientre, prácticas que en ocasiones "se confunden en occidente".
Se refirió a los últimos acontecimientos ocurridos en Irán, "ilustrados casi en su totalidad con fotografías de mujeres" que subrayan su diferencia "en negativo".
Yuste explicó que los estereotipos gráficos de "exotismo" de la mujer árabe y musulmana son también frecuentes en los relatos de los viajeros que visitan algún país árabe o musulmán, los cuales siempre aluden a la mujer "velada" de "sensual mirada".
"El harén fascinó a los viajeros en el siglo XIX y sigue fascinando en la actualidad; los europeos dicen que son modernos pero sueñan con él", indicó la investigadora citando a una destacada autora arabista.
"No cabe duda de que la mujer musulmana está instrumentalizada, existe una repetición obsesiva de determinados asuntos y el silencio respeto a otros, ésta es utilizada para subrayar la diferencia y mostrar los aspectos más negativos de este tipo de sociedades y de la religión.
Ante esta situación, Yuste apunta que la "visibilización" de la heterogeneidad de la mujer árabe y musulmana pasa por reflejar esta pluralidad alejándose de los estereotipos y de las marcas semánticas, y por el rigor en los discursos públicos y mediáticos.
"No hay que temer la diversidad de las sociedades porque éstas ya son diversas", añadió.
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