VALENCIA,21.11.09,lasprovincias.es, MARINA COSTA.
CALLE COMPARTIDA. Fieles de la mezquita de Torrent rezan en la acera, ayer a mediodía, junto a varios transeúntes. / DAMIÁN TORRES
Los centros religiosos de Torrent y Barona reciben cuatro veces más fieles de los que admite su aforo y su ampliación está paralizada
Mediodía. Viernes. En la mezquita de Torrent no cabe ni un alfiler. Mohamed y sus compañeros de rezo se colocan en dirección a la Meca. Pero lo hacen en la acera. Su fervor religioso se ha trasladado a la calle porque ya no hay espacio. Esta imagen se ha convertido en una estampa prácticamente cotidiana en numerosos puntos religiosos de la Comunitat.
El colectivo que profesa la religión del Islam se ha duplicado en los últimos cuatro años y muchas mezquitas se han quedado pequeñas. La mayoría está pendiente de proyectos de ampliación que no llegan, congelados ahora por la crisis. Otras buscan nuevos terrenos para empezar de cero. En cualquier caso, todas dependen de los donativos que los propios fieles recogen. Pero son insuficientes. La Gran Mezquita de Valencia, la mayor de todas y una de las más grandes de España después de las de Madrid, recibe cada viernes, el día más importante del rezo, «hasta 500 personas y los días de fiesta la cantidad se multiplica por cuatro. A pesar de que la sala es enorme la gente acaba en el patio, el salón de actos, el jardín, en el restaurante, en la calle y hasta en el sótano», explican desde el Centro Religioso Islámico de Valencia.
En Alicante «hay un bajo muy pequeño y el problema de falta de espacio es tremendo». La misma estrechez sufren en el barrio valenciano de Barona. Allí los fieles tienen que acudir al polideportivo del Cabañal para cumplir sus preceptos.
Los cinco rezos al día pueden realizarse en cualquier espacio, siempre que se esté orientado a la Meca, pero acudir a la mezquita equivale a 27 oraciones realizadas fuera de ella. La proporción anima a asistir al templo, especialmente los viernes y fiestas clave del calendario musulmán. El Día del Sacrificio y la celebración del último día de Ramadán «son las dos jornadas más multitudinarias en las mezquitas», explica Zine El Abidin de Torrent.
Las instalaciones de Orriols también están desbordadas. «Tenemos muchas actividades, además de los rezos, y la gente tiene que situarse en pasillos, sala de conferencias y en la calle», explica Amparo Sánchez, presidenta del Centro Cultural Islámico de Valencia. «Tenemos un proyecto arquitectónico nuevo pero no tenemos dónde ponerlo», señala.
Viajar 80 kilómetros
El reducido espacio en centros alejados de Valencia obliga «a tener que recorrer hasta 80 kilómetros para acudir a otro lugar con más aforo». La ampliación de la mezquita de Puçol y el proyecto de otra en Alaquàs ayudará a descongestionar las de Valencia, Vara de Quart, Benetússer, Alcàsser o Catarroja, que también están saturadas. La situación es la misma en Benicarlò o Vall d'Uixò. De las 70 mezquitas de la Comunitat «casi todas se han quedado pequeñas».
Y como la crisis no entiende de creencias, la falta de financiación ha hecho el resto. «Con los donativos no cubrimos ni siquiera los gastos básicos de agua, luz y alquiler», explica Said Ratbi, presidente del Consejo Islámico Superior de la Comunidad Valenciana.
Al ahogo económico se suman las «trabas» de algunos ayuntamientos. «Si abres una discoteca, una tienda o un bar no pasa nada pero a veces nos dicen que van a hacer lo posible para que no podamos abrir. Nosotros sólo queremos tener un espacio para nuestras creencias religiosas. Nada más».
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
CALLE COMPARTIDA. Fieles de la mezquita de Torrent rezan en la acera, ayer a mediodía, junto a varios transeúntes. / DAMIÁN TORRES
Los centros religiosos de Torrent y Barona reciben cuatro veces más fieles de los que admite su aforo y su ampliación está paralizada
Mediodía. Viernes. En la mezquita de Torrent no cabe ni un alfiler. Mohamed y sus compañeros de rezo se colocan en dirección a la Meca. Pero lo hacen en la acera. Su fervor religioso se ha trasladado a la calle porque ya no hay espacio. Esta imagen se ha convertido en una estampa prácticamente cotidiana en numerosos puntos religiosos de la Comunitat.
El colectivo que profesa la religión del Islam se ha duplicado en los últimos cuatro años y muchas mezquitas se han quedado pequeñas. La mayoría está pendiente de proyectos de ampliación que no llegan, congelados ahora por la crisis. Otras buscan nuevos terrenos para empezar de cero. En cualquier caso, todas dependen de los donativos que los propios fieles recogen. Pero son insuficientes. La Gran Mezquita de Valencia, la mayor de todas y una de las más grandes de España después de las de Madrid, recibe cada viernes, el día más importante del rezo, «hasta 500 personas y los días de fiesta la cantidad se multiplica por cuatro. A pesar de que la sala es enorme la gente acaba en el patio, el salón de actos, el jardín, en el restaurante, en la calle y hasta en el sótano», explican desde el Centro Religioso Islámico de Valencia.
En Alicante «hay un bajo muy pequeño y el problema de falta de espacio es tremendo». La misma estrechez sufren en el barrio valenciano de Barona. Allí los fieles tienen que acudir al polideportivo del Cabañal para cumplir sus preceptos.
Los cinco rezos al día pueden realizarse en cualquier espacio, siempre que se esté orientado a la Meca, pero acudir a la mezquita equivale a 27 oraciones realizadas fuera de ella. La proporción anima a asistir al templo, especialmente los viernes y fiestas clave del calendario musulmán. El Día del Sacrificio y la celebración del último día de Ramadán «son las dos jornadas más multitudinarias en las mezquitas», explica Zine El Abidin de Torrent.
Las instalaciones de Orriols también están desbordadas. «Tenemos muchas actividades, además de los rezos, y la gente tiene que situarse en pasillos, sala de conferencias y en la calle», explica Amparo Sánchez, presidenta del Centro Cultural Islámico de Valencia. «Tenemos un proyecto arquitectónico nuevo pero no tenemos dónde ponerlo», señala.
Viajar 80 kilómetros
El reducido espacio en centros alejados de Valencia obliga «a tener que recorrer hasta 80 kilómetros para acudir a otro lugar con más aforo». La ampliación de la mezquita de Puçol y el proyecto de otra en Alaquàs ayudará a descongestionar las de Valencia, Vara de Quart, Benetússer, Alcàsser o Catarroja, que también están saturadas. La situación es la misma en Benicarlò o Vall d'Uixò. De las 70 mezquitas de la Comunitat «casi todas se han quedado pequeñas».
Y como la crisis no entiende de creencias, la falta de financiación ha hecho el resto. «Con los donativos no cubrimos ni siquiera los gastos básicos de agua, luz y alquiler», explica Said Ratbi, presidente del Consejo Islámico Superior de la Comunidad Valenciana.
Al ahogo económico se suman las «trabas» de algunos ayuntamientos. «Si abres una discoteca, una tienda o un bar no pasa nada pero a veces nos dicen que van a hacer lo posible para que no podamos abrir. Nosotros sólo queremos tener un espacio para nuestras creencias religiosas. Nada más».
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