Dicen que de La Meca al cielo no hay mucha distancia. Basta con subirse al monte Noor, arrodillarse y rezar a Alá con la patria chica de Mahoma a los pies. Así lo creen unos 1.800 millones de personas. Todas ellas seguidoras del Islam, como las que pueden ver en esta foto, ataviadas con las túnicas inmaculadas que dan fe de la pureza de su alma. Llevan a gala su religión y su obediencia. No es para menos. Han cumplido con uno de los preceptos básicos del credo musulmán: la peregrinación a La Meca. Si Mahoma es tu profeta, hay que visitar su ciudad natal por lo menos una vez en la vida. Y mejor que mejor cuando lo haces en el duodécimo mes del calendario lunar musulmán y prolongas durante cinco jornadas la estancia. Atención: hoy acaba el plazo.
Hasta ahora, más de dos millones de fieles se han dejado caer en el país del petrodólar. Como todos los años, los dominios del rey saudí Abdullah acogen a peregrinos ansiosos por dar las siete vueltas preceptivas alrededor de la Piedra Negra, esa mole que supuestamente es un meteorito que el ángel Gabriel entregó a Abraham. Hasta dónde llegará el fervor que a veces hay muertos por aplastamiento... Por fortuna, este año no ha sido el caso. Eso sí, la gripe A se ha cobrado como mínimo la vida de cuatro peregrinos.
La Meca es un imán irresistible. Con excepciones, claro. Si andas escaso de dinero o buena salud, nadie te puede obligar a liarte la manta a la cabeza y marcharte hasta Arabia Saudí. Lo aclara la doctrina islámica. Otra cosa es que tengas el privilegio de contarte entre los invitados de Abdullah... Como Sarah Obama, la abuela paterna del presidente de EE UU. Nigeriana y musulmana de toda la vida, ha visitado a los 87 años la tierra de Mahoma. Hace un tiempo lo veía imposible. Pero ella, faltaba más, es de las que piensan que Alá es grande
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Hasta ahora, más de dos millones de fieles se han dejado caer en el país del petrodólar. Como todos los años, los dominios del rey saudí Abdullah acogen a peregrinos ansiosos por dar las siete vueltas preceptivas alrededor de la Piedra Negra, esa mole que supuestamente es un meteorito que el ángel Gabriel entregó a Abraham. Hasta dónde llegará el fervor que a veces hay muertos por aplastamiento... Por fortuna, este año no ha sido el caso. Eso sí, la gripe A se ha cobrado como mínimo la vida de cuatro peregrinos.
La Meca es un imán irresistible. Con excepciones, claro. Si andas escaso de dinero o buena salud, nadie te puede obligar a liarte la manta a la cabeza y marcharte hasta Arabia Saudí. Lo aclara la doctrina islámica. Otra cosa es que tengas el privilegio de contarte entre los invitados de Abdullah... Como Sarah Obama, la abuela paterna del presidente de EE UU. Nigeriana y musulmana de toda la vida, ha visitado a los 87 años la tierra de Mahoma. Hace un tiempo lo veía imposible. Pero ella, faltaba más, es de las que piensan que Alá es grande
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