domingo, 2 de abril de 2017

Una sola carnicería en Pontevedra con productos que respetan el "halal"

Pontevedra 02.04.2017,farodevigo.es,Ana López


Mohamed Bah (dcha.) y su mujer Ghizlane comen cous cous con su sobrino Wail. // Gustavo Santos

El establecimiento vende todo tipo de carne menos la de cerdo

La gastronomía de los musulmanes varía en función del país de origen, pero hay algo que comparten todos ellos: que no consumen carne de cerdo ni alcohol y que los animales que se destinen a la comida deben ser sacrificados de acuerdo al "halal", tal y como recoge el Corán. 

Mohamed Bah está al frente del único establecimiento de Pontevedra que cumple estas premisas, la Carnicería Salam, en la calle Ernesto Caballero. Antes también había una tienda de este tipo en Marín, pero ya cerró, informa. 

En sus vitrinas se expone ternera, cordero, pollo y pavo, pero nunca se verá cerdo. "El cerdo es un animal sucio que no se puede comer", explica el presidente de la Comunidad Islámica de Pontevedra. 

Su mercancía proviene de un matadero público de A Coruña, el único de Galicia en el que los animales que se van a servir en la mesa son sacrificados en base al "halal", un término que se usa para describir toda práctica permisible por la ley islámica. 

El sacrificio se realiza con un corte limpio en el cuello del animal para propiciar que este se desangre. Siempre mirando hacia la Meca. "Debe echar toda la sangre fuera, ya que la sangre es mala, supone enfermedades", indica Bah. Se trata de una cuestión tanto de religión como de salud. Por las paredes del establecimiento se encuentran los certificados de garantía de que la carne que se vende respeta el "halal". 

El alcohol también está prohibido en la cultura islámica, ya que las personas que lo consumen terminan perdiendo la conciencia de sus actos y el "perjuicio que causa es mayor que su beneficio", según el Corán. Cierto es que, al igual que las personas que nacieron en el seno del catolicismo y no son practicantes, en el Islam también hay musulmanes que no siguen estos preceptos. 

Desde 2014 

La carnicería está abierta desde el año 2014. "Al principio la gente de Pontevedra no musulmana te preguntaba, tenía curiosidad por saber qué vendíamos. Muchos no se atrevían a entrar. Ahora tenemos muchos clientes de aquí, porque les gusta la carne, que es fresca y otras cosas que en otros sitios no pueden comprar", explica su dueño. 

En las estanterías de la tienda se exponen productos típicos de países árabes como Marruecos, del que proceden Mohamed Ba y su esposa, Ghizlane, que viven con sus dos sobrinos, Wail, de 15 años, y Omaima, de 11. Así, se pueden encontrar cous-cous, comidas preparadas de Líbano o Palestina, tahina (sésamo molido), harissa (salsa picante), especias de todo tipo, como el ras el hannout (una mezcla de muchas), sémola, paté de dátiles y vinagre sin alcohol. El caldo en polvo es de pollo, cordero, ternera o pescado y también tiene el certificado de "halal". El te, una bebida muy consumida en Marruecos, también se vende en la Carnicería Salam, aunque es procedente de China. "Todo entra por la aduana, legalmente", explica Mohamed Bah.

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