Bosnios oran durante la ceremonia de apertura de la mezquita Ferhat Pasha en Banja Luka, Bosnia, el sábado 7 de mayo de 2016. Unas 10.000 personas acudieron a la reapertura de la mezquita que fue destruida por serbios cristianos ortodoxos en la guerra de 1992-1995 y se convirtió en símbolo de los esfuerzos para destruir la esencia multiétnica de Bosnia. Radivoje Pavicic Foto AP
Unas 10.000 personas acudieron el sábado a la reapertura de una mezquita en Bosnia que fue destruida por serbios cristianos ortodoxos en la guerra de 1992-1995 y se convirtió en símbolo de los esfuerzos para destruir la esencia multiétnica de Bosnia.
La mezquita Ferhat Pasha — llamada también Ferhadija — era una obra maestra de la arquitectura otomana del siglo XVI. Fue una de las 16 mezquitas en la localidad de Banja Luka destruida por los serbios en un intento de borrar todas las huellas de los residentes musulmanes de la ciudad, que fueron expulsados o asesinados.
Su objetivo era hacer Bosnia parte de Serbia.
El llamado proyecto de "limpieza étnica", dirigido también contra croatas y otros no serbios, incluyó expulsar a personas de sus hogares, saquear sus propiedades, asesinar a algunos y colocar a otros en campos de concentración. La destrucción de la herencia fue parte esencial del plan, dirigido a desalentar el regreso de los sobrevivientes.
En 1995, luego que más de 100.000 personas murieron, un acuerdo de paz dividió el país en dos partes: una para los serbios, donde quedó Banja Luka, y la otra compartida por bosnios musulmanes y por croatas. El acuerdo garantizó a los refugiados el derecho a regresar a sus hogares y la reconstrucción de la mezquita Ferhadija debía alentar el plan.
Después de la guerra, una persona murió y decenas resultaron heridas cuando una ceremonia de colocar la primera piedra de la reconstrucción se vio interrumpida en 2001 por una muchedumbre de serbios nacionalistas. Las fuerzas de la OTAN tuvieron que evacuar con helicópteros a embajadores extranjeros que habían acudido a la ceremonia.
Activistas localizaron fragmentos de la mezquita que no fueron lanzados al río o a la basura, los separaron y usaron computadoras para colocar los más de 3.500 fragmentos en su lugar correspondiente. La reconstrucción tomó 15 años.
El sábado, en el 23ro aniversario de la destrucción, las autoridades serbobosnias desplegaron el sábado unos 1.000 agentes para proteger el acto, al que estaba prevista la asistencia del primer ministro, Ahmed Davutoglu, líderes bosnios, embajadores extranjeros y representantes de las iglesias católica y ortodoxa y de la comunidad judía.
El evento simbolizó un nuevo paso para restaurar el carácter multiétnico y multireligioso de Bosnia. Turquía y otros donantes internacionales, además de serbios, proveyeron fondos para la reconstrucción.
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