domingo, 8 de mayo de 2016

Los xenófobos alemanes apelan a una pureza de raza que no existe

Berlín,07/05/2016,EFE
 

La xenofobia repunta con fuerza en Alemania ante la masiva llegada de refugiados, pero su apelación a la pureza yerra de raíz: el país más poblado de Europa hace tiempo que es una sociedad mixta con un importante número de inmigrantes.

La manifestación de ultraderechistas de hoy en Berlín caminaba tras una gran pancarta con el lema "Merkel debe marcharse", ya que acusan a la canciller de haber propiciado una "invasión" musulmana por no cerrar las fronteras ante los peticionarios de asilo.

Alternativa para Alemania (AfD), un emergente partido populista de derechas, y el movimiento xenófobo Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida) llevan meses lanzando sus dardos en la misma dirección, y no sin éxito.

AfD, apenas fundada en 2013, se convirtió en tercera fuerza política en las tres elecciones regionales del pasado marzo -tan sólo por detrás de conservadores y socialdemócratas- y en los últimos sondeos nacionales alcanza en torno a un 12 % de los votos.

Tras aquellos comicios, la líder de AfD, Frauke Petry, aseguró que la jornada había sido "un buen día para la democracia" que constataba que "la catastrófica línea de Merkel" había "abierto los ojos a la gente".

Pegida, por su parte, sigue con las marchas semanales que inició en septiembre de 2014 y, aunque ahora apenas reúne a unas 3.000 personas cada lunes frente a los 25.000 que llegó a sumar, sus mensajes de odio siguen difundiéndose como la pólvora por las redes sociales.

Los argumentos de unos y otros discurren siempre por las mismas líneas: la llegada de 1,1 millones de personas, en su mayoría musulmanes y provenientes de países con regímenes no democráticos, ponen en peligro las reglas de la convivencia en un país cristiano, democrático y liberal.

Si bien la entrada en el país de esa cifra récord de peticionarios de asilo tiene un palpable efecto demográfico, pues supone un aumento de la población superior al 1 % en un año y son personas con tradiciones y culturas bien distintas, Alemania era un país muy diverso desde hace décadas.

Según el Informe Social 2016, publicado esta semana por la Central Federal para la Educación Política (bpb) y la Oficina Federal de Estadística (Destatis), el 20 % de los 80,9 millones de personas que viven en Alemania (16,4 millones) tienen "pasado migratorio", pues o ellos o al menos uno de sus progenitores directos nacieron en el extranjero.

Además, este ingente estudio -de 480 páginas- apunta que un tercio de los niños de menos de seis años en el país tienen al menos a un padre extranjero.

"Que Alemania es una sociedad postmigratoria es un hecho que no se puede discutir", aseguró en la presentación del informe el presidente de la bpb, Thomas Krüger, quien subrayó que la sociedad alemana es cada vez "más diversa".

Con el término "postmigratorio" el experto se refería a "una sociedad en la que se condensan y adoptan una nueva visibilidad identidades híbridas, experiencias plurales, vidas transfronterizas y múltiples visiones del mundo".

El documento deja asimismo claro que Alemania lleva décadas recibiendo a grandes cantidades de inmigrantes -ya entre 1960 y 1965 recibió a más de un millón- que, en su mayoría, provienen de países que llegaron a acuerdos con Berlín para enviar a "Gastarbeiter", o trabajadores invitados, como Turquía, Grecia e Italia.

Pero la diversidad va mucho más allá de la cantidad, apunta este estudio, que destaca que en Alemania viven ciudadanos de 199 Estados -casi todos los que hay en el mundo-, concentrados en su gran mayoría en su capital, Berlín, conocida por ser un atractivo polo multicultural.

Con Turquía, de largo, como principal país emisor con más de 1,5 millones de ciudadanos en la actualidad, resulta evidente que la religión musulmana tampoco es algo extraño en el país más poblado de la UE.

El último censo nacional, de 2011, indicaba que el 5 % de la población -unos cuatro millones de personas- era de confesión musulmana (aunque es voluntario responder a esta información), mientras que la Conferencia Islámica de Alemania eleva esta tasa hasta el 7 %.

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