viernes, 15 de marzo de 2013

La UCIDCE decide denunciar al IES Siete Colinas por “violencia escolar”

Ceuta, 14/03/2013,elfarodigital.es,A.Q.    

> el faro : Maateis también presentará una denuncia personal como padre.
La Junta Directiva de la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta (UCIDCE) ha decidido que responderá a la anunciada denuncia por presuntas amenazas del IES Siete Colinas contra su presidente, Laarbi Maateis con otra iniciativa judicial contra el equipo directivo del centro “por encubrimiento, violencia y maltrato escolar de profesores a alumnos”. El propio Maateis también optó ayer, casi un mes después del germen de la polémica, por emprender acciones judiciales personales “como padre” contra el centro educativo, según avanzó en declaraciones a este periódico.

La versión del presidente de la UCIDCE de la “discusión” en la que se vio envuelto en el IES el pasado 27 de febrero echa raíces “a mediados de mes”, dos semanas antes, cuando su hija de 13 años llegó a casa “llorando” y contó que ese día, en el instituto, cuando entraba al aula junto a una amiga, pidió a un compañero que iba gritando que se callase.

“Detrás de ellas iba un profesor sustituto que la agarró con fuerza del cuello y la empujó hasta caer al suelo instándole a que se callara”, reprodujo Maateis la versión de su hija, que al no dejar de llorar fue sacada de clase minutos después por el mismo docente. La joven recurrió, entonces, a la Jefatura de Estudios, donde pidió que se telefonease a sus padres, algo que no se hizo.

“Cuando la niña nos contó todo esto no fuimos al instituto: actuamos responsablemente, le quitamos la razón y nos abstuvimos de hacer nada pensando que si para mi esposa y para mí es difícil atender a cuatro niños, mucho más complicada es la tarea del profesor”, recuerda.

El conflicto resurgió, siempre según la versión de Maateis, el 25 de febrero, cuando su vástaga apareció en casa con una nota de expulsión del colegio [por insultar al profesor referido] durante tres días. Veinticuatro horas antes de que pudiese regresar al centro, la familia Maateis fue al Siete Colinas.

Llegó, rememora el presidente de la UCIDCE, a eso de mediodía. Ante la Jefatura de Estudios escuchó hasta en dos ocasiones cómo se le pedían “disculpas” por la espera hasta que, a las 13.30 horas, se le instó a irse y regresar al día siguiente.

En ese momento, reconoce Maateis, comenzó a enojarse. “Después de estar esperando pacientemente, a las dos horas, nos dicen que el profesor y la jefa de Estudios ya se han ido, que no nos podían atender, que volviésemos al día siguiente más temprano, y yo pregunté si ese era un comportamiento profesional”, reconstruye una conversación que rápidamente derivó en disputa.

“No aguanté y, es cierto, en voz alta, en un tono como el que muchas veces vemos en los debates de televisión o del Pleno, protesté por un trato que me parecía indignante”, prosigue Maateis, que ahora reconoce que “un centro educativo no debe ser un lugar adecuado” y que “no supe estar a la altura, pero ellos tampoco”. “Levanté la voz e hice gestos con las manos, sí, como cualquiera discutiendo, pero ni amenacé ni insulté a nadie: dije que aquello era una injusticia, una inmoralidad y una falta de profesionalidad y me arrepiento de las formas que utilicé, pero no del fondo”, completa.

Ya con el director de frente, más calmado “por mi esposa y mi hija”, Maateis recuerda que relató lo expuesto hasta aquí al máximo responsable del centro, “que mirándola fijamente dijo: ‘Yo no creo a su hija”. El presidente de la UCIDCE también niega haber llamado entonces “drogadictos” a los docentes del instituto.

“Pregunté al director si había hablado con el profesor en cuestión, el único con el que ha habido un problema en todos los centros donde han estado mis hijos, y me dijo que no pero que creía en él”, añade Maateis, quien opina que “lo lógico hubiese sido haber hablado con las dos partes para contrastar sus versiones antes de expulsar o culpar a nadie”.

“El director me dijo que confiaba en él porque sus compañeros son grandes profesionales y yo le dije si  no era posible que ese día hubiese llegado con los ‘cables’ cruzados por problemas personales, familiares, de droga... Todos somos humanos”, termina, “a cualquiera le puede pasar algo así, pero al negarme también esa opción, es cierto, le pregunté qué le había pasado entonces a su antecesor, alusión de la que me arrepiento y por la que pido disculpas”.

A continuación, Maateis cerró la trifulca, rememora, diciendo que “este tipo de actitudes son las que llevan a padres y a alumnos a tomar la Justicia por su mano” y que “conmigo esto va a llegar más lejos”. “No me refería”, asegura ahora, “a que los esperaría en la calle, sino a que nos veríamos en los Juzgados por intentar encubrir un comportamiento inadecuado de un profesor que no es digno de tal nombre, como quienes le amparan”.

El presidente de la UCIDCE se muestra  “especialmente dolido” con el Ministerio por “animar a denunciarme cuando ni hacen lo que tienen que hacer en su labor ni han respondido a ninguna de nuestras solicitudes de entrevista”. “Tras aquello decidimos no denunciar por coherencia con mi discurso público y con el Islam, pero estaré mu orgulloso de ir al Juzgado a  defender mis derechos, los de mi hija y los de padres y alumnos a la Justicia”.


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