En los disturbios en la ciudad de Meiktila, en el centro del país, decenas de casas y escuelas fueron quemadas (AFP).
El número de fallecidos por los disturbios entre budistas y musulmanes subió a 40, según la prensa estatal
Autoridades estadounidenses alertaron a sus ciudadanos en Myanmar luego de la violencia entre budistas y musulmanes que dejó al menos 40 muertos la semana pasada.La violencia que comenzó en la ciudad de Meiktila, en la región central de Mandalay, se extendió a otros pueblos y causó temores en la capital comercial, Rangún, donde cerraron las tiendas este lunes.
La embajada de Estados Unidos respondió a la violencia advirtiendo a sus ciudadanos que evitaran el mercado Mingalar, y la plaza Yuzana en Rangún, la misma área donde fueron cerradas las tiendas.“Un incendio se desató en el área hoy como resultado de las actuales tensiones, lo que resultó en una fuerte presencia policiaca”, afirmó la embajada en un comunicado este lunes. También aseguró, sin embargo, que no había amenazas específicas contra ciudadanos estadounidenses.
Las autoridades que investigan los enfrentamientos de la semana pasada en Meiktila encontraron ocho cuerpos entre los escombros, lo que elevó el número de muertos a 40, reportó este martes la prensa estatal. Durante los enfrentamientos en Meiktila, que fueron causados por una disputa entre el dueño musulmán de una tienda de objetos de oro, y dos vendedores budistas, se incendiaron casas, escuelas y mezquitas, lo que causó que miles de residentes dejaran sus casas.
El gobierno declaró estado de emergencia el viernes pasado, lo que permitió que el Ejército ayudara a reinstaurar el orden. Pero mientras la situación parecía retornar a la calma, las autoridades reportaron ataques de grupos budistas en otros pueblos en la región durante el fin de semana.
El presidente Thein Sein, que ha supervisado las primeras medidas del país hacia la democracia, prometió este lunes “tomar acción contra los que causaron la violencia y los que estuvieron involucrados en ella, y exponer a los que fomentaron el conflicto bajo el pretexto de la religión”, reportó la prensa estatal.La agencia humanitaria de la ONU informó este lunes que el gobierno de Myanmar estima que más de 12,000 personas fueron desplazadas por los disturbios.
“Están atrincherados en escuelas y en un monasterio”, afirmó Ashok Nigam, el coordinador de la ONU para Myanmar. “Están actualmente recibiendo asistencia humanitaria de parte del gobierno”. Un monje budista estaba entre los muertos por la violencia, pero Win Htein, un legislador opositor de dicha área, dijo que cree que la mayoría de los fallecidos fueron musulmanes.“La mayoría de las casas de los musulmanes fueron destruidas y quemadas”, dijo este martes. “Quedaron muy pocas”.
La policía confiscó armas como espadas y machetes de grupos de budistas, algunos de ellos monjes, según funcionarios. Win Htein dijo este martes que la situación ha mejorado en Meiktila, pero que está preocupado de que algunos jóvenes budistas están “organizando su propia seguridad” a pesar de la advertencia del gobierno de no llevar armas.
Los disturbios resaltan la fragilidad de las relaciones étnicas en el país, que comienza a salir de décadas de represión militar. Las autoridades han liberado a prisioneros políticos y han buscado pláticas de paz con grupos rebeldes en los últimos dos años.
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