Recogidos en el libro 'Hablando de lo religioso. Minorías religiosas en Castilla y León'
Castilla y León cuenta con 321 lugares de culto de confesiones religiosas minoritarias repartidas por todas las provincias, según se desprende del libro 'Hablando de lo religioso. Minorías religiosas en Castilla y León', escrito por el profesor del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid, fruto de un estudio financiado por la Fundación Pluralismo y Convivencia, dependiente del Ministerio de Justicia que hoy se presentó en la Facultad de Derecho.
El examen de la Comunidad de Castilla y León, en 2012, en el curso de esta investigación se habían encontrado 321 lugares de culto de confesiones religiosas minoritarias. Las que presentan un mayor nivel de implantación son las iglesias evangélicas (66,4 por ciento del total de lugares de culto de confesiones minoritarias), los Testigos Cristianos de Jehová (sus salones del Reino representan un 12,5 por ciento del total) y la confesión musulmana (los oratorios o mezquitas musulmanas representan 8,1 por ciento del total). A continuación aparecen aquellas minorías con una baja representación con respecto al total de minorías religiosas. Estas son las iglesias ortodoxas (3,4 por ciento), los templos o centros budistas (2,8 por ciento), los centros de reunión de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (2,5 por ciento) y las iglesias adventistas (2,2 por ciento). Y sin apenas representación están otros grupos religiosos como los Gnósticos, la filosofía de la Rosacruz moderna y la Fe Baha’í con el (1,2 por ciento).
Los cambios habidos en la estructura de la sociedad, y en consecuencia la modernización socioeconómica, han influido considerablemente en la secularización, lo que produce un pluralismo irreversible, según señala en un comunicado la universidad. Por lo cual, el libro analiza cómo estos cambios, como por ejemplo el aumento de población inmigrante de las últimas décadas, o el desarrollo de diversas políticas en materia religiosas, así como cambios legislativos, han favorecido la visibilización de minorías religiosas, que con el mismo estatus compitan entre sí.
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