Rajin,02/11/2012,eldeber.com.bo
Unas 110.000 personas fueron desplazadas desde que comenzó la violencia entre budistas y musulmanes, en el estado de Rajin, (oeste de Birmania) donde los servicios humanitarios estiman que se "necesitan urgentemente víveres", indicó el viernes el Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (ACNUR).
"La última ola de disturbios eleva a 110.000 el número total de personas desplazadas por las violencias intercomunitarias en el estado de Rajin desde junio de este año", indicó en una rueda de prensa Adrian Edwards, un portavoz de ACNUR.
Por otro lado, informó de que "esta semana las autoridades birmanas permitieron a los equipos humanitarios evaluar la situación y las necesidades en las zonas afectadas por los disturbios que comenzaron hace dos semanas". Edwards explicó que hasta el momento las autoridades no les habían permitido ir a todos los lugares por motivos de seguridad.
El portavoz precisó que "estos dos últimos días el personal de la ACNUR realizó visitas inter-agencias" en varios pueblos al este y al nordeste de la capital del estado de Rajin, Sittwe. "El personal de ACNUR encontró grupos de personas desplazadas que necesitan urgentemente víveres y refugio", afirmó el portavoz, quien indicó que la policía y el ejército estaban presentes en todos los pueblos que la agencia de la ONU visitó.
La mayoría de los desplazados son rohingyas, una minoría musulmana apátrida descrita por la ONU como una de las comunidades más perseguidas del planeta y considerada por muchos birmanos como ilegal. Unos 800.000 rohingyas viven en Birmania, pero décadas de discriminación obligaron a otros centenares de miles a abandonar el país y las últimas violencias amenazan con incrementar este exilio, según los expertos.
Unas 110.000 personas fueron desplazadas desde que comenzó la violencia entre budistas y musulmanes, en el estado de Rajin, (oeste de Birmania) donde los servicios humanitarios estiman que se "necesitan urgentemente víveres", indicó el viernes el Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (ACNUR).
"La última ola de disturbios eleva a 110.000 el número total de personas desplazadas por las violencias intercomunitarias en el estado de Rajin desde junio de este año", indicó en una rueda de prensa Adrian Edwards, un portavoz de ACNUR.
Por otro lado, informó de que "esta semana las autoridades birmanas permitieron a los equipos humanitarios evaluar la situación y las necesidades en las zonas afectadas por los disturbios que comenzaron hace dos semanas". Edwards explicó que hasta el momento las autoridades no les habían permitido ir a todos los lugares por motivos de seguridad.
El portavoz precisó que "estos dos últimos días el personal de la ACNUR realizó visitas inter-agencias" en varios pueblos al este y al nordeste de la capital del estado de Rajin, Sittwe. "El personal de ACNUR encontró grupos de personas desplazadas que necesitan urgentemente víveres y refugio", afirmó el portavoz, quien indicó que la policía y el ejército estaban presentes en todos los pueblos que la agencia de la ONU visitó.
La mayoría de los desplazados son rohingyas, una minoría musulmana apátrida descrita por la ONU como una de las comunidades más perseguidas del planeta y considerada por muchos birmanos como ilegal. Unos 800.000 rohingyas viven en Birmania, pero décadas de discriminación obligaron a otros centenares de miles a abandonar el país y las últimas violencias amenazan con incrementar este exilio, según los expertos.
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