Una antigua casa musulmana cerrada en sa Penya Esbarrada. Fotos: (D. Espinosa/M.Sastre).
Los principales yacimientos arqueológicos están cerrados al público y solo cuentan con algunos carteles donde se explica su historia.
La falta de proyectos de recuperación de patrimonio para Ibiza financiados este año con fondos de la ecotasa ha vuelto a poner el foco en las carencias que, desde hace años, presentan los diferentes bienes patrimoniales dependientes del Consell d’Eivissa y que, a día de hoy, siguen sin solucionarse.
El poblado fenicio de sa Caleta, el hallazgo arqueológico más importante de las últimas décadas en las Pitiusas, es uno de los casos más flagrantes. Rodeado por una valla cerrada al público, este poblado es fruto de unas excavaciones realizadas entre 1986 y 1994. Sin embargo, más de veinte años después de que finalizaran, el proyectado centro de interpretación que dará sentido a este bien patrimonial todavía no tiene visos de ser una realidad a corto plazo.
Según señalaron desde el Consell, ya han acabado las obras de rehabilitación del antiguo edificio militar donde se ubicará aunque siguen sin dar fechas de cuándo se abrirá al público. Asimismo, se está negociando con AENA, el Parc Natural de ses Salines y la Demarcación de Costas para realizar el cierre perimetral de toda la finca. De manera paralela, se está elaborando un proyecto para dotar de contenido el espacio que consiste en desenterrar la parte del yacimiento que se enterró después de estudiarla, restaurarlo y museizarlo creando senderos con paneles explicativos. Los planes del Consell también pasan por redactar el proyecto museográfico del centro de interpretación.
Abandono en Cala d’Hort
Capítulo aparte merece también el yacimiento de ses Païsses de Cala d’Hort. La versión del actual equipo de gobierno insular es que en 2015 encontraron este espacio «en un estado de total abandono y degradación». «Desde entonces se está trabajando para rehabilitarlo», aseguraron tras acusar al anterior gobierno del PP de «destinar cero euros a ses Païsses de Cala d’Hort».
En la actual legislatura, la conselleria de Patrimoni asegura que han gastado 27.500 euros actuaciones «de urgencia para evitar que continuara la degradación que sufría este espacio»: pintura, reparación de la arcilla de los tejados, reparación de carpintería y muros, desbrozamiento de la finca y reparación de piezas del telescopio del observatorio.
A pesar de estas mejoras, la finca continúa cerrada al público por culpa, según el Consell, de la llamada ‘ley Montoro’ ya que, aseguraron, «no disponemos de personal para mantener abierto este espacio de manera regular». Respecto a los restos de la antigua vivienda musulmana que hay en sa Penya Esbarrada, en Santa Agnès, el Consell niega las críticas del PP acerca de su estado y aseguran que, después de actualizar la cartelería en el año 2015, «periódicamente se limpia para ir retirando la hierba que van creciendo».
El poblado fenicio de sa Caleta espera su museización. Fotos: (D. Espinosa/M.Sastre).
Pero, sin duda, el bien patrimonial que se encuentra en peor estado es la torre de Can Pere Musson, un monumento de propiedad privada declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 1996.
En diciembre de 2016, una intensa tormenta eléctrica provocó su derrumbe, llevándose por delante tres siglos de historia, ya que se tiene conocimiento de la existencia de esta torre desde, al menos, el año 1764.
Más de un año después, todavía no se ha iniciado la reconstrucción de la torre y únicamente se mantiene en pie un pequeño trozo de la estructura con la ayuda de un apuntalamiento.
Los actuales dueños de la torre han presentado un proyecto integral de recuperación de la finca que incluye la reconstrucción de la torre y la rehabilitación de la casa payesa y del trull con la intención de instalar un agroturismo. Ahora el Consell tendrá que supervisar el proyecto y darle el definitivo visto bueno.
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