Una eyección de masa coronal en el Sol, el 20 de junio de 2013.NASA
Predecir la fuerza de las llamaradas solares y su potencial capacidad de dañar los sistemas satelitales y redes eléctricas, podría ser una tarea más fácil gracias a un reciente estudio.
Científicos franceses han desarrollado dos versiones de un modelo para identificar el mecanismo que genera las llamaradas solares no acompañadas de eyecciones de masa coronal.
El primero de ellos vincula su aparición con la complejidad topológica de la estructura de la llamarada, e implica la presencia de superficies magnéticas singulares; mientras el segundo tipo atribuye el papel determinante a la formación de una cuerda de flujo retorcida –o línea de fuerza magnética– que se hace inestable.
Los investigadores, cuyo estudio ha sido publicado en la revista Nature, reconstruyeron el comportamiento de la cuerda de flujo que el 24 de octubre de 2014 generó una intensa llamarada solar no acompañada de eyección de masa coronal, y descubrieron que la cuerda estaba confinada dentro de una así denominada jaula magnética.
Una protuberancia solar
La cuerda no era lo suficientemente potente como para 'escapar' de la jaula y emitir una burbuja magnética, pero consiguió destruirla parcialmente y producir una poderosa emisión de radiación, que afectó a los sistemas de telecomunicación terrestres.
Asimismo, los científicos llegaron a la conclusión de que si la jaula hubiera sido menos fuerte, la erupción habría resultado más potente y –al destruir la jaula por completo– conllevaría la eyección de masa coronal, convirtiéndose de esta manera en otro tipo de llamarada.
"Un singular mecanismo puede estar detrás de todas las llamaradas solares", comentó al portal Space.com el autor principal del estudio, el astrofísico Tahar Amari. La actual investigación podría ayudar a los científicos a predecir la cantidad de energía que pueden emitir las llamaradas solares y evaluar su impacto y potenciales riesgos.
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