Beirut, 03 mar 2017,(EFE).
El mundo ha sido incapaz de encontrar un a solución al conflicto de Siria, tras casi seis años de conflicto, asegura a Efe el director de promoción y relaciones institucionales para Siria de Acción Contra el Hambre (ACH), Rui Oliveira.
"Estoy impresionado al ver la incapacidad para buscar una solución a un conflicto que ya ha dejado 4,8 millones de refugiados en el Líbano, Jordania y Turquía, así como 6,3 millones de desplazados en el interior de Siria", explica en una entrevista en la capital del Líbano.
Oliveira cifra en unos 13,8 millones las personas que no tienen acceso a los servicios mínimos y que "viven en condiciones deplorables", mientras considera que la situación de los refugiados es "cada vez más difícil porque los fondos" de los que disponen las ONG para actuar "son insuficientes".
En particular, expresa su preocupación por el hecho de que el casi medio millón de refugiados que vive en el valle libanés de la Bekaa, fronterizo con Siria, están expuestos a "temperaturas extremas" en invierno y en verano.
"Viven en tiendas de campaña de plástico, no tienen acceso a la calefacción e incluso el agua sale congelada en invierno, lo que les lleva a hacer fogatas dentro de sus viviendas y esto puede resultar perjudicial, sobre todo, para los niños y ancianos. Mientras que en verano, el principal problema son las altas temperaturas", explica.
Para mitigar estos problemas, ACH "refuerza cada verano e invierno las tiendas de campaña y los asentamientos", para, junto a otras organizaciones que trabajan en la Bekaa, "mantener niveles en invierno que no afecten a la gente", después de que el año pasado murieron varios niños.
Lamenta que "las ayudas humanitarias llegan hasta cierto punto". "Entregamos bienes esenciales de supervivencia", pero "no podemos ir más allá por la situación legal de los refugiados, que no nos permite hacer proyectos a medio o largo plazo".
Las autoridades libanesas exigen un visado para los refugiados sirios, que deben pagar 200 dólares al año para obtener un permiso de residencia, aunque esta última medida fue anulada para las personas registradas en ACNUR hasta mayo de 2015; además no pueden trabajar si no tienen un jefe y los que lo hacen ilegalmente, se exponen a ser detenidos.
"Desde el año pasado tratamos de reactivar un acuerdo entre el Líbano y Siria para que los refugiados puedan trabajar en sectores donde históricamente lo hacían, como la agricultura y la construcción", explica.
Oliveira destaca que, a pesar de la "situación del Líbano que recibe el mayor número de refugiados en el mundo", este país "nunca ha deportado a un sirio" y eso que "su presencia tiene un impacto sobre la población local ya que viven en las regiones mas pobres del país y su número los supera en muchas áreas".
"Nosotros seguimos luchando para que los refugiados vivan en mejores condiciones, tengan permiso de residencia, trabajo, educación y acceso a la salud, pero somos conscientes de las dificultades que tienen el Líbano y de lo que ha hecho hasta ahora" el Gobierno, añade.
"Cada año que pasa la vulnerabilidad de los refugiados es mayor, los fondos son mas reducidos y la ayuda es menor. Debería haber un mecanismo que obligue a los gobiernos y a los países donantes a mantener una suma de dinero para poder dar una respuesta humanitaria a las crisis", asegura.
Según Oliveira, la solución a la crisis siria pasa por tener en consideración el aspecto humanitario, y no solo el político, ya que si es así el final del conflicto "tardará mas" en llegar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario