Abdellatif Laatabi, dirigiéndose al Palau de Vidre de Lleida a rezar. (Rosa Matas)
La repatriación de difuntos al país de origen, todavía la opción mayoritaria, puede costar más de 6.000 euros
Ya hay familias que prefieren evitar el traslado y acuden a camposantos con un espacio reservado al culto islámico, como los de Manresa o Zaragoza
La Paeria advierte que la Generalitat prohibe enterrar sin ataúd y en tierra
“Quizás nuestros hijos, que han nacido en Lleida, quieran enterrarnos aquí, para tenernos cerca”, suspira Abderrafie Ettalydy, presidente de la asociación Magrebeida. “Desconozco si las mezquitas de la ciudad ya han pedido formalmente al Ayuntamiento un espacio en el cementerio para los musulmanes pero si no se ha pedido, tenemos que empezar a hacerlo”, añade. El relevo generacional entre la comunidad de inmigrantes musulmanes propicia un cambio de tendencia que aún es muy incipiente pero que se consolida deprisa.
Ettalydy está convencido que con el gran número de musulmanes que viven en Lleida es necesario que la Paeria reserve un espacio en el camposanto o les ceda una parcela en otro lugar, porque la demanda crecerá a medio plazo. Su pronóstico no es aislado. De hecho coincide con las recomendaciones del director de Asuntos Religiosos del departamento de Governació, Administracions Púbiques i Habitatge, Enric Vendrell, que este noviembre planteó la necesidad de construir una mezquita en Lleida y habilitar un sector del cementerio para los musulmanes.
Abderrafie Ettalydy explica que todavía son muchas las familias que envían a sus difuntos a la ciudad o región de origen y que “Marruecos suele ayudarles” asumiendo una parte del coste, pero igualmente el traslado supone un cuantioso gasto. Oscilaría entre los 5.000 y los 6.000 euros. Para no afrontar de golpe la inversión, muchas familias que prevén repatriar pagan un seguro de 50 euros anuales que les cubre el envío del difunto al país.
Sin embargo, otras familias más jóvenes ya prefieren enterrar en la ciudad donde residen y buscan cementerios cercanos en los que puedan inhumar a sus seres queridos según el rito islámico. Dos opciones asequibles son los espacios reservados al culto islámico en el cementerio de Zaragoza y en el de Manresa, que todavía manejan un volumen relativamente pequeño de peticiones.
Cementerio de Lleida (Ayuntamiento de Lleida)
Incipiente cambio generacional
En su visita a la capital de Ponent para asistir a la XIII Muestra de Cine Espiritual de Catalunya, Enric Vendrell valoró que la necesidad ha surgido ahora y no antes por simple relevo generacional. Entre las primeras comunidades de inmigrantes la opción mayoritaria era repatriar a los difuntos porque “eran más de allá que de aquí”, señaló. Sus descendientes en cambio ya no acuden tan a menudo al país de origen y quieren tener más cerca los restos de sus familiares fallecidos.
El goteo de casos de conocidos y allegados que prefieren un entierro local poco a poco se propaga de boca en boca. “Yo conozco el caso de un chico marroquí asesinado por un vagabundo, que fue enterrado en el cementerio de Lleida”, apunta Ettalydy. Y relata también el caso de otra familia marroquí que lleva mucho tiempo en Lleida y prefirió enterrar a su joven hijo en Zaragoza bajo el rito musulmán, para tenerlo más cerca: “La familia me ha explicado que el sepelio le costó 325 euros y que pudo enterrarlo en tierra y sin ataúd”.
El consulado de Marruecos en Tarragona aclara a La Vanguardia que se encarga de los gastos del envío de los cadáveres a su país solamente cuando los familiares no pueden costearlo. La aportación depende de las posibilidades de cada familia, señala Abdellatif Laatabi, presidente de la Asociación de Unión y Cooperación Islámica de Lleida y Comarca, la comunidad islámica que regentaba la mezquita de la calle del Nord cerrada en 2010 por el Ayuntamiento por sextuplicar el aforo máximo.
Sin petición formal al Ayuntamiento
Xavier Rodamilans, tercer teniente de alcalde y responsable de las Políticas para los Derechos de las Personas, subraya que el cementerio de Lleida es aconfesional y subraya que en él hay enterradas personas de todas las religiones. Asegura que el consistorio no ha recibido, de momento, ninguna solicitud formal para crear una zona específicamente musulmana en el camposanto.
Rodamilans recuerda que la Paeria abrió hace unos años una Sala de la paz para que pudiera albergar ceremonias de todo tipo de religiones. “Los musulmanes pueden utilizarla para sus ritos y ceremonias; otra cosa diferente es enterrar en tierra”, advierte. “Hay una normativa de la Generalitat, el reglamento de política sanitaria mortuoria, que impide el rito musulmán de enterrar sin ataúd”, remarca. “Eso lo tenemos prohibido, pero sí que hemos enterrado a musulmanes en Lleida dentro de un ataúd y en zonas comunes, pero no directamente en la tierra”, concluye.
Una mezquita, la reivindicación más urgente
La Asociación de Unión y Cooperación Islámica de Lleida y Comarca explica que no ha registrado ninguna petición oficial para un espacio en el cementerio porque centra sus esfuerzos en reclamar una mezquita. Consideran que es la necesidad más urgente de la comunidad porque hoy por hoy tienen que rezar en un pabellón que alquilan a Fira de Lleida.
Un grupo de musulmanes entra en las instalaciones alquiladas a Fira de Lleida. (Rosa Matas)
Hace dos meses el Ayuntamiento desestimó la propuesta de la entidad de alquilar un local en el mismo barrio en el que estaba la mezquita del Nord. Ante la negativa, han presentado una propuesta alternativa también ubicada en el centro de la ciudad.
El presidente de la entidad, Abdellatif Laatabi, que llegó a la ciudad con cuatro años y regenta un establecimiento de telefonía móvil en la calle del Nord, confía en que el Ayuntamiento y los vecinos vean con buenos ojos el nuevo espacio. “Necesitamos un centro cultural que acoja la mezquita, en el que podamos rezar todos los días salvo los viernes, día en el que por la mayor afluencia nos gustaría seguir rezando en el Palau de Vidre de la Fira”, afirma.
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