Riay Tatary ha visitado Ceuta esta semana para participar en un Iftar institucional con el deseo de que Religión Islámica llegue por fin a los IES.
Riay Tatary (1948, Damasco, Siria) preside la Comisión Islámica de España (desde hace dos años y medio), la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE) y el Consejo de Cooperación Islámica de Europa (CMCE). Médico e imán en Madrid, su oposición abierta a las interpretaciones extremistas del Islam es de sobra conocida. Entre sus ocupaciones está la de velar por la integración de las comunidades musulmanas y “luchar” para que se imparta la asignatura de Religión Islámica en las aulas, en cuantas más mejor, en un país en el que ya residen actualmente de forma regular “casi dos millones de musulmanes”, cerca de la mitad españoles. “Yo no quiero entrar en conflicto con nadie”, advierte ante alguna pregunta, pero no evita ninguna.
–Lleva usted vinculado a la Comisión Islámica de España más de veinte años, desde que llegó a este país. Si echa la vista atrás y en comparación con otros países de nuestro entorno, ¿cómo hemos gestionado el aumento del número de musulmanes y la mutua integración y convivencia?
–En España hemos tenido un hecho bastante peculiar, el Acuerdo con el Estado. En Europa casi no hay nada semejante salvo, quizá, Austria, aunque es mucho más antiguo. Tener un convenio de ese tipo que reúne todo lo inherente a lo religioso islámico es un hecho singular.
–¿Usted cree que, cerca de treinta años después de su firma [el Acuerdo de Cooperación del Estado con la Comisión Islámica de España data de 1992], ¿se ha desarrollado adecuadamente?
–Yo soy justo. En su momento hubo algunas partidas que no se podían desarrollar como la concentración de un número suficiente de alumnos. Hasta 2004 no hemos tenido una comunidad islámica de padres, madres e hijos y la reivindicación ha podido ser más fuertes. En Ceuta y Melilla sí se pudo aplicar antes el Acuerdo, sobre todo en el ámbito de la enseñanza religiosa islámica.
–Aquí empezamos, pero esa materia todavía no ha llegado a los institutos de Secundaria y eso que cada ministro le promete que dará el paso. ¿Ha hablado ya sobre este tema con la Administración actual que parece seguirá al frente del Estado tras las últimas elecciones generales?
–La ministra [Isabel Celaá] nos mandó un borrador y yo estuve con el señor [subsecretario de Educación y Formación Profesional, Fernando Gurrea] que me invitó a estudiar el tema. Presentamos unas reivindicaciones que vio justas y yo le pedí que no dejase, como habían hecho los demás hasta ahora, el asunto en el cajón. Todos decían que estaba preparado el presupuesto, la estadística, el número de alumnos y profesores necesario, etcétera, pero llevarlo a cabo siempre ha sido un problema.
“La materia de Religión Islámica ha sido una llave de convivencia, un puente de confianza”
–¿Cuáles son las reivindicaciones que ha planteado al Ministerio?
–No cuidan a la juventud aquí, en Ceuta y Melilla. Esta es una materia muy importante en el sentido de que el hecho de que un estudiante que con 13 ó 14 años tenga una formación adecuada en materia religiosa le puede proteger de muchas cosas…
–¿Quiere decir de malas, por extremistas, interpretaciones del Islam?
–De todo, no solo de eso. Si está inmunizado adecuadamente con una formación sólida… A mí un director de aquí me ha comentado que los estudiantes no solo avanzan en Religión, sino que también rinden mejor en materias como Matemáticas cuando se sienten arropados e integrados, no discriminados de alguna forma. Las madres y padres se implican en las AMPA… Se crea un ambiente. La materia de enseñanza religiosa ha sido una llave de convivencia, un puente de confianza y de esperanza. Esto es lo más importante y lo que queremos en Ceuta y Melilla, que son el laboratorio auténtico. Después la experiencia de aquí llegó a Canarias, Andalucía, Aragón, etcétera.
“Hasta el año 2004 no hemos tenido una comunidad islámica de padres, madres e hijos”
–Actualmente hay catorce docentes de Religión Islámica trabajando en los colegios de la ciudad. ¿Cuántos harían falta para extender también la asignatura a Secundaria?
–Aproximadamente cinco o seis.
–¿Ve posible su implantación el próximo curso?
– Yo lo esperaba el año pasado. Y el anterior. Y el anterior. Todos me daban su conformidad, desde el director provincial hasta el delegado del Gobierno, y decían que todo estaba preparado. En Madrid también. Pero nunca hemos llegado. Yo creo que hay una promesa, primero con el ministro Wert. Su sustituto aceptó aquel compromiso y estábamos a punto de empezar, pero con la modificación de la Ley tuvimos un parón.
–¿Qué le parece el Iftar institucional organizado por primera vez este año por la Ciudad?
–Creo que no tiene precedentes y yo siempre he pedido algo semejante. En muchos países europeos el presidente invita a los representantes musulmanes y comparte un Iftar con ellos. Nosotros lo hacemos desde hace quince o dieciséis años: invitamos a la Administración y a un nutrido grupo de representantes islámicos de España en nuestra mezquita. Siempre ha sido un éxito para construir un puente de confianza a través de esos encuentros, con toda naturalidad. Los musulmanes son unos ciudadanos más y punto.
“El Acuerdo con el Estado es un hecho singular de España con respecto al resto de Europa”
–¿Cuántos hay actualmente en España?
–El número de residentes de forma regular en España roza los 2 millones y el 44% son españoles.
–Hay quien ha criticado, sobre el Iftar, su coincidencia con el comienzo de la campaña electoral. ¿Qué le parece?
–La Comisión Islámica es un ente religioso. A mí me interesa tener puentes con todas las formaciones del mundo civil en general. No tengo ningún problema con nadie y siempre hemos trabajado con gobiernos locales, autonómicos… Fíjese que hemos sufrido mucho para sacar una Ley de Policía Mortuoria Sanitaria para los entierros musulmanes y el Gobierno de Castilla y León asumió la propuesta como suya y ya está aplicándose. Yo busco normalizar nuestra vida en el ámbito religioso. No imponemos, reivindicamos el cumplimiento de una ley aprobada por todos.
–¿No percibe que algunas nuevas formaciones están introduciendo más tensión por interés partidista en la gestión de la diversidad en España?
–Estamos acostumbrados a todo y trabajamos para la convivencia. Solos o en compañía. Ahora hay una base civil amplia que nos acompaña. Quien saca las cosas de quicio no va a prosperar porque la gente es muy abierta y muy sana, está bien informada y los musulmanes no estamos escondidos ni en guetos. Estamos en el mundo.
“El número de musulmanes residentes regulares roza los dos millones, el 44% españoles”
–Decía que tiene contacto con todos los partidos…
–No.
–Que lo intenta, al menos.
–Lo intento y normalmente tengo contacto con todos los partidos.
–¿Con Vox, que aboga por “exigir a los responsables de la religión islámica en España una absoluta colaboración para la detección de radicales” y propone la “exclusión de la enseñanza del Islam en la escuela pública”, lo ha tenido?
–No. Hubo un contacto, pero con una persona… Yo reservo las categorías, no puedo estar con cualquiera de Vox u otra formación. Respeto el cargo que ostento, no por orgullo sino por mantener las cosas como son.
“¿Vox? Hubo un contacto, pero yo reservo las categorías, no puedo estar con cualquiera”
–¿Si su máximo responsable, Santiago Abascal, le pidiese un contacto personal usted lo aceptaría?
–Nunca ha rechazado un encuentro con ninguna formación política o de otro tipo.
–Pese a su discurso.
–No me importa su discurso.
–¿Lo considera peligroso en términos de convivencia?
– A mí lo que me importa es que me conozcan y conozcan a los musulmanes. Que haya diálogo, que es la llave del éxito de la convivencia. Cuando uno ataca desde fuera y no conoce al atacado comete un error.
“Quien saca las cosas de quicio no va a prosperar porque la gente es muy abierta y muy sana”
El calendario y Marruecos
–Durante los últimos años no han sido pocas las veces en las que el conjunto de los musulmanes ha celebrado en la Península en una fecha el inicio y final de Ramadán y en Ceuta y Melilla en otra. ¿Podrán resolverse esas disfunciones?
–Hace cinco años me propuse como un reto personal propiciar un acercamiento entre todos los entes que trabajan en esta materia precisamente con ese objetivo. No ha hecho falta esperar tanto tiempo y ahora prácticamente el mundo islámico está unificado. Yo creo que en dos años lo estará aún más, si no al 100% sí con una mayoría aplastante. Las discrepancias políticas para hacer lo contrario que otro está desapareciendo. Hoy en día hay personas preparadas desde Marruecos hasta Indonesia. Hace falta unificar los criterios y entonces no habrá conflicto. El año pasado ya ayunamos de forma coincidente en España y Marruecos.
–¿A la Comisión Islámica de España le perturba el papel que ejercen las autoridades marroquíes en materia religiosa en Ceuta?
–No se trata de hablar de Marruecos u otro país. En España tenemos una legislación propia en materia religiosa. Nos gusta llevar las riendas de nuestro destino en ese ámbito y creo que lo estamos haciendo bien para la sociedad española. Cualquier injerencia, no hace falta citar a nadie, no ayuda. Podría perjudicar.
“Yo creo que en dos años casi todos celebraremos el Ramadán en las mismas fechas”
–¿Lo que pasa en Ceuta es una injerencia?
–¿El qué?
–La financiación de las mezquitas, la elección de los imames…
–Eso hace falta estudiarlo con nuestra Administración para ver si no hay alternativa.
–Acabamos de empezar el Ramadán y no sé si la Comisión Islámica tiene alguna reivindicación para facilitar a los fieles el cumplimiento del mes sagrado de ayuno en nuestro país a la hora de conciliar las obligaciones religiosas con las laborales, de estudio…
–En los países islámicos tampoco se hace mucho al respecto. En alguno se desplaza un poco la jornada laboral… Nadie se queja de nada. Nosotros, cuando ha coincidido en pleno verano, nos hemos preocupado por los trabajadores de la Construcción o la Agricultura Industrial, que pasan muchas horas bajo el sol, y nuestra petición, nuestro consejo, se ha atendido. También en Francia, por ejemplo, y ha sido un éxito. Creo que no es una cuestión de legislar sino de predisposición, de buena voluntad, de diálogo y de acuerdo.
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