martes, 28 de mayo de 2019

Kanouté pide ayuda para construir una mezquita en Sevilla

Sevilla,27 may. 2019,es.sports.yahoo.com,Luis Tejo


El 23 de noviembre del Año del Señor de 1248 las huestes cristianas del rey Fernando III de Castilla lograron uno de los mayores hitos del periodo histórico que se conoce como Reconquista: la captura de la ciudad de Sevilla. Por tal hazaña el soberano cruzado se ganaría más tarde el título de Santo, si bien, en honor a la verdad, su actitud durante aquellos acontecimientos dista mucho de algunas de las virtudes que establece la doctrina católica, como la prudencia, la justicia o incluso la caridad. El monarca dio orden de que la urbe quedara “libre et quita”, expulsando a todos sus habitantes hacia Jerez.

No es procedente pecar de revisionismo y juzgar con criterios morales actuales los hechos de hace siete siglos y medio. Quedémonos con los hechos: lo innegable es que en ese momento Isbilya, la población musulmana heredera de la Hispalis romana, dejó de existir como tal. El islam quedó desterrado de las orillas del Guadalquivir. Incluso el templo almohade, uno de los más suntuosos de Al Andalus, se transformó en lo que hoy conocemos como la catedral de Santa María; su minarete, hoy campanario, es conocido mundialmente con el nombre de Giralda.

Así han pasado más de 700 años con escasa o nula presencia mahometana en la capital de Andalucía. Hasta que, como en el resto de España, llegaron las oleadas migratorias procedentes del norte de África a partir de finales del siglo XX, y con ellas regresó a la Península la fe de los califas. En la misma ciudad de Sevilla se estima que residen unos 8000 creyentes, en su mayoría de origen marroquí.

Estas almas han de cultivar su espiritualidad en instalaciones improvisadas, a falta de un lugar mejor. Por eso existe un proyecto para construir un edificio, el Centro Cultural e Islámico de Sevilla, que dé respuesta a esta necesidad. No es precisamente una apuesta modesta: se ha planteado un inmueble de gran tamaño no solamente capaz de albergar los rezos, sino que también tenga espacio para conferencias, exposiciones artísticas, un aulario, jardines, un comedor comunitario, oficinas, tiendas, un restaurante halal y hasta un aparcamiento.

Y aquí es donde entra en juego Frédéric Kanouté. Los más jóvenes no tendrán ubicado a este hombre altísimo (1,93) y delgado que hoy tiene 41 años. Pero para la generación inmediatamente anterior de aficionados del Sevilla Fútbol Club se trata de todo un mito. Nacido en Francia pero de nacionalidad maliense, este delantero centro militó en el equipo entre 2005 y 2012, jugando 209 partidos y marcando 89 goles; ningún otro extranjero supera estas cifras con la camiseta blanquirroja en toda la historia. Con los de Nervión, además, levantó dos Copas de la UEFA (cuando aún no se llamaba Europa League), dos Copas del Rey, una Supercopa nacional y otra continental.

Hablamos, pues, de un hombre importante, muy respetado y querido en la mitad no bética de Sevilla. Por eso es muy significativo que Kanouté, musulmán devoto, se esté involucrando personalmente en la nueva mezquita para la ciudad. El objetivo requiere una inversión fuerte, puesto que el plan es ambicioso: los promotores aspiran a que la ciudad se convierta en “un referente islámico en todo el mundo”.

Así, a través de la plataforma LaunchGood de captación de fondos para campañas solidarias, se ha puesto en marcha un programa de recogida que aspira a recaudar 250.000 dólares para financiar la obra. La iniciativa utiliza el nombre de Kanouté, quien se ha ofrecido incluso a grabar un vídeo (en inglés) pidiendo colaboración a cualquiera que pudiera estar interesado. Porque, como dice el propio Frédéric, “todos sabemos que un solo jugador no gana el partido”.

De momento la cosa no va mal pero todavía le queda: a fecha de escritura de este texto se habían conseguido algo menos de 170.000 dólares. El plazo marcado para el fin de la colecta se cumple el 21 de junio. Habrá que ver si se logra llegar a la cantidad deseada; a su favor, la iniciativa cuenta con bastante apoyo internacional puesto que buena parte de las comunicaciones, e incluso el vídeo de Kanouté, están en inglés.

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