El saldo de población cae en 32.132 personas en el primer semestre
Los nacimientos caen ya de los 200.000 y las defunciones tocan máximos de dos años
La población española retrocede. Y la tendencia, iniciada en 2015, se agrava. En España hay más muertes que nacimientos. El saldo negativo fue de 32.132 personas en el primer semestre de este año con un grave descenso de la natalidad y un nuevo incremento de las defunciones.
Así lo indica la Estadística del Movimiento Natural de la Población publicado este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que mide los nacimientos, defunciones y matrimonios en España.
Las cifras indican que en el primer semestre de 2017 se registraron 187.703 nacimientos, la cifra más baja que se recoge en la serie semestral de la última década. La evolución indica un descenso de la natalidad del 6,3% frente al mismo periodo del año anterior, solo superado por la caída del 7,7% registrada en el arranque de 2013.
“Continúa así la tendencia decreciente en el número de nacimientos desde 2008, interrumpida por el eleve incremento experimentado en el año 2014”, refleja la nota de prensa emitida por el INE.
En paralelo, en el primer semestre de este año fallecieron en España 219.835 personas, lo que supone un 4,5% más que un año antes y la cifra más elevada desde el arranque de 2015. “Este aumento se debió fundamentalmente al mes de enero que, en 2107, estuvo caracterizado por una alta mortalidad”, refleja el INE.
Así, el crecimiento vegetativo de la población española, la diferencia entre muertes y nacimientos, arroja una caída de 32.132 personas. La cifra es muy superior a la caída de 10.145 personas registrada en el primer semestre de 2016.
El primer semestre de cada año se caracteriza por tener mayor mortalidad y menor natalidad que el segundo, advierten en el INE, por lo que habrá que esperar a conocer los datos de cierre del ejercicio para sacar conclusiones. Sin embargo, la evolución es preocupante pues se trata de nuevo del crecimiento vegetativo negativo más pronunciado de toda la serie.
Las proyecciones hablan de un país con una población decreciente y envejecida en un momento en que el sistema de pensiones comienza a ser un elemento de preocupación en cuanto a su sostenibilidad a largo plazo.
El fondo de reserva, la llamada hucha de las pensiones, está casi agotada por el efecto de la crisis, y pasará a depender de créditos del Gobierno para poder seguir cubriendo el déficit de cotizaciones para hacer frente a los pagos. En este marco, solo un cambio en la tendencia, con más nacimientos que defunciones, y la llegada masiva de inmigrantes parecen poder asegurar el sistema actual en el medio y largo plazo.
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