viernes, 22 de diciembre de 2017

Avance del informe anual concerniente al ejercicio de la libertad religiosa de los musulmanes en España en 2017

Madrid,22/12/2017,islamedia


El “Informe general 2017” constituye la memoria anual, que confecciona la Comisión Islámica de España (CIE), sobre la gestión de la misma cada año, que atañe también al ejercicio de la libertad religiosa de los musulmanes en nuestro país.

Principales datos y cifras

Tras la Constitución de 1978 y Ley Orgánica de Libertad Religiosa de 1980 se hallan en vigor cuatro Acuerdos del Estado con 4 confesiones, de ellas la islámica desde 1992, constituyendo sus fieles un 4% del total de la población de España.

La cifra de Comunidades islámicas inscritas como Religiosas en España asciende en 2017 hasta 1.558 entidades, 1.244 de ellas adheridas a la CIE, contando con 32 cementerios; la mayoría parcelas municipales, de modo que solo se puede enterrar a fallecidos de fuera del municipio en los cementerios de Griñón o Zaragoza. 

Con respecto a la enseñanza religiosa, pese a la demanda, solo se atiende en 2017/2018 con la contratación de 61 profesores de religión islámica en Educación Primaria en 8 autonomías, siendo 5 de ellas competencia del Estado; ninguna de las 11 autonomías restantes ha contratado profesores, quedando todavía sin desarrollar el área de enseñanza religiosa islámica en la mayoría del Estado.

Ante la petición formal de información sobre solicitudes de clases de religión islámica este año solo cooperaron las consejerías de Educación de Galicia, Asturias y Castilla y León, a las que se unió finalmente La Rioja; el resto no coopera salvo la excepción de Extremadura que se encuentra en fase de tramitación, debiendo significar la ausencia de transparencia, especialmente reiterada de Cataluña y Murcia, a la que se suman las consejerías de Andalucía y de Euskadi, las cuales antes sí informaban. 

En lo concerniente a la asistencia religiosa, los 7 centros de internamiento de extranjeros en funcionamiento en España gozan de asistentes religiosos musulmanes, así como los 8 centros penitenciarios catalanes, sin contar los centros abiertos y el de mujeres por su baja densidad; mientras que en el resto del Estado solo prestan servicio asistentes religiosos musulmanes en 11 centros penitenciarios, en vez de los 30 que se consideran cubrir por su densidad.

Continúa sin desarrollarse la asistencia religiosa en establecimientos militares ni centros de menores infractores, estando en tramitación un convenio con el Servicio Madrileño de Salud referente a centros hospitalarios.

Conclusiones principales

Durante este año hemos experimentado, por tanto, algunos avances significativos, que atañen al ejercicio de la libertad religiosa de los musulmanes en el contexto del Acuerdo de Cooperación de 1992, y a la vez algunos estancamientos e incluso algún retroceso. 

Por otro lado se ha conseguido una estabilidad institucional en la representación religiosa de los musulmanes en nuestro país, de forma que la labor de la Comisión Islámica de España ha sido más efectiva, generando una mayor confianza y seguridad en la relación con las diferentes Administraciones. 

De ese modo se desarrollan relaciones fluidas entre la CIE y los poderes públicos y otras confesiones, manteniéndose una convivencia ciudadana normalizada, en el conjunto de la sociedad, entre ciudadanos de diversas convicciones, la cual no se ve alterada por acciones de minoritarios grupos del extremismo identitario o del terrorismo internacional.

La CIE continúa y asegura su plena disposición a continuar trabajando en todos los aspectos relativos al ejercicio de la libertad religiosa en España, con total cooperación con los poderes públicos y resto de confesiones, y servicio a los fieles y al resto de la sociedad española.

Madrid, 14 de diciembre de 2017
El Presidente de la Comisión Islámica de España,
Fdo: Riaÿ Tatary Bakry

1 comentario:

Unknown dijo...

Que no entiendo que vivimos en un pays democrático el señor TATARY Y SU ALIADOS NO HAN CAMBIADO HACE MAS DE 20 años yo creo que familia de ASAD eso una vergüenza