El IV Encuentro de las religiones por la paz y la acogida, se celebra coincidiendo con el día internacional del migrante.
La llegada de inmigrantes ha comportado un rejuvenecimiento poblacional en España, y a nivel mundial, ha supuesto un crecimiento de la población trabajadora de 12 a 19 millones, a lo que también ha contribuido la incorporación de la mujer al ámbito laboral. A pesar de estos datos, su aportación frecuentemente ha pasado desapercibida por la población en general y por los medios de comunicación. «Nuestra aportación en España es muy importante» afirma Rafaela Pimentel, representante de la Asociación Territorio Doméstico «Antes nuestro trabajo lo hacían las mujeres de los pueblos de España aunque nunca haya sido considerado ni valorado».
Por otro lado, frecuentemente han sido los propios inmigrantes que han abierto las puertas de sus casas a los recién llegados, colaborando con instituciones públicas y privadas españolas para tal fin. Por ejemplo, a los inicios de la inmigración musulmana, la propia comunidad musulmana junto con el apoyo del Ministerio de Asuntos Sociales, Servicios Sociales e Igualdad coordinó una red de voluntarios para impartir cursos de castellano día y noche. «Cuando la inmigración empezó a tocar las puertas de las mezquitas, la acogida fue nuestra, y fue una tarea difícil» señala Riay Tatary, Presidente de la Comisión Islámica de España, «Hemos trabajado de corazón, atendiendo a personas que no conocíamos, y con sólo una petición, “si algún día viniera alguien en la misma condición, atenderles”».
Mónica Silvana González, nacida en Buenos Aires y diputada para la Asamblea de Madrid, conoce lo que supone ser inmigrante y las dificultades que comporta. «Las personas que nos ha tocado vivir un proceso migratorio hemos sufrido dificultades como que nos retiraran la tarjeta sanitaria o que nuestro título no estuviera homologado por mucho tiempo». Como solución Silvana propone que los migrantes puedan ejercer efectivamente su derecho al sufragio activo y pasivo, y que participen en la toma de decisiones colectivas. «Yo soy inmigrante, pero no quiero que se me vea como víctima, sino como luchadora» defiende Rafaela Pimentel «Muchas veces no tenemos espacio para reunirnos y lo tenemos que hacer después del trabajo, quitando horas de sueño».
El acto constituye un avance en los esfuerzos continuados por sensibilizar acerca de la importancia de acoger a inmigrantes y refugiados por parte de Religiones por la Paz y la Acogida — plataforma que agrupa mayoritariamente organizaciones de base religiosa, así como a entidades de la sociedad civil. Este evento se realizó en el centro nacional de la comunidad bahá’í de España. Los anteriores eventos se celebraron en la Mezquita Central de Madrid, en la Parroquia de Guadalupe, y en la Iglesia evangélica de Jesús de Madrid. De ésta última derivó un manifiesto, a través del cual los firmantes plasmaron el conocimiento acumulado adquirido y extendieron la mano a la colaboración con el gobierno y otros grupos implicados en esta cuestión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario