También opinan, no obstante, que la presencia de extranjeros es «relativamente buena» para la economía de España
Bilbao, 20 de noviembre de 2007,El Correo.-
Los españoles creen que la inmigración ha hecho «que España sea un lugar peor para vivir» aunque, acto seguido, consideran que es «relativamente buena» para la economía del país, según la Encuesta Social Europea (ESE) presentada ayer en Madrid. Se trata de un trabajo financiado entre otras instituciones por la Comisión Europea que analiza de forma comparada las actitudes, atributos y comportamientos de los ciudadanos de los 25 estados miembros.
Tal y como explicó Mariano Torcal, coordinador español de la ESE, los datos del estudio reflejan una «fotografía contradictoria», que sitúa a España como el tercer país europeo que mejor valora los efectos positivos de la inmigración para la economía. Los ciudadanos lo calificaron con un 5,7 sobre 10. Al mismo tiempo, el informe sitúa a España entre los países que peor percepción tienen sobre el impacto de la inmigración sobre la calidad de vida. Al ser preguntados sobre si la inmigración «hace del país un lugar peor o mejor para vivir», los españoles otorgaron un 4,9 a la cuestión.
Países como Eslovaquia, Alemania, Francia, Reino Unido y Rusia también dieron una calificación por debajo del cinco manifestando así su percepción de que la vida en sus respectivos países ha empeorado con la llegada de inmigrantes. Por el contrario, Suecia, Polonia, Dinamarca y Bulgaria son los más convencidos de que la inmigración es beneficiosa.
FELICES, PERO LENTOS
La edad de irse de casa
Los españoles vivimos mucho, somos de los más longevos de la Unión Europa, y vivimos lento. Emancipación, vida en pareja, matrimonio, hijos, nietos… casi todo llega más tarde que para nuestros vecinos de continente, según la encuesta. Usos, costumbres y condiciones socioeconómicas se conjuran para retardar los principales hitos en la peripecia vital del español medio.
Los frutos de la naturaleza maduran antes al Sur, pero las latitudes meridionales no garantizan la precocidad personal y social de los individuos, a tenor de lo que se ve en la fotografía de conjunto de los pueblos europeos. Los españoles conseguimos nuestro primer trabajo remunerado a los 19 años, ajustados al promedio continental. Los más precoces en este punto son los alemanes, daneses, fineses, portugueses y suizos, y los más rezagados son los ciudadanos de Eslovenia, Estonia y Rumania, que esperan a los 21 años.
A partir de ahí, sin embargo, empezamos a quedarnos atrás. En España los jóvenes dejan el hogar paterno a los 23 años (a la misma edad que los belgas, ambos los más remolones de Europa), aunque los responsables de la encuesta explican que no se trata de una emancipación entendida como tal (hogar y vida independientes), que aún es más tardía, sino más bien de una salida forzada por estudios. Nórdicos, noruegos y daneses dejan el nido a los 19 años; portugueses y polacos, entre otros, a los 22, y la gran mayoría lo hacen entre los 20 y los 21 años.
EN EL AMOR
También un paso por detrás
Aunque las diferencias no son escandalosas, también vamos un paso por detrás en las relaciones sentimentales. La vida en pareja por primera vez se retrasa hasta los 25, y el matrimonio a los 26 años, dos después que la media europea. Sólo los suizos y los suecos se casan más tarde, a los 27 años, que es la edad a la que los españoles tenemos el primer hijo. La media de los veinte países estudiados es de 26 años para estrenar la maternidad/paternidad. Por lógica, el primer nieto también se hace esperar más; en España llega a los 54 años, frente a la media de 50.
VIVE Y DEJA VIVIR
Parejas de hecho y divorcio
Los españoles vivimos y dejamos vivir. Así, la mayoría no ve mal las parejas de hecho, el trabajo a tiempo completo de ambos, aun teniendo hijos, o las parejas que no tienen descendencia. La decisión personal peor digerida por los españoles es la de divorciarse cuando los hijos son aún pequeños, poco recomendable para el 36% de los encuestados. Los países ex comunistas son los menos tolerantes en este tipo de decisiones, y los nórdicos lo más liberales. España está en un punto medio.
EL TRABAJO ES SAGRADO
Mucho tiempo, poca paga
Los españoles declaran un alto grado de satisfacción con el trabajo (lo califican con un 7,2), a sólo seis décimas de la cabeza (de nuevo Dinamarca), aunque están un poco más descontentos con el tiempo que dedican a la actividad laboral, que puntúan con un 5,9. Al menos la mitad de los españoles (46,3%) se cree pagado adecuadamente, mientras que un tercio opina que sus esfuerzos laborales no se recompensan como es debido.
MALA NOTA PARA LOS POLÍTICOS
Aprobado raspado para la Justicia
Los políticos y los partidos políticos reciben una nota de 3,6 en una escala de diez, y son, en España y en toda Europa, el colectivo y las instituciones peor valorados. La Policía es el cuerpo más apreciado por los españoles, con una nota de 6, y aprueban raspado el Parlamento, el sistema judicial, el Parlamento Europeo y Naciones Unidas, muy en sintonía con los promedios europeos en todas estas categorías. Los españoles sigue siendo «poco participativos», más dados a la protesta ocasional en manifestaciones (un 17,8%), que al trabajo comunitario, social o político.
¿Son suficientes las medidas existentes?, ¿cómo combatirías la violencia contra las mujeres?, ¿qué propones?
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Bilbao, 20 de noviembre de 2007,El Correo.-
Los españoles creen que la inmigración ha hecho «que España sea un lugar peor para vivir» aunque, acto seguido, consideran que es «relativamente buena» para la economía del país, según la Encuesta Social Europea (ESE) presentada ayer en Madrid. Se trata de un trabajo financiado entre otras instituciones por la Comisión Europea que analiza de forma comparada las actitudes, atributos y comportamientos de los ciudadanos de los 25 estados miembros.
Tal y como explicó Mariano Torcal, coordinador español de la ESE, los datos del estudio reflejan una «fotografía contradictoria», que sitúa a España como el tercer país europeo que mejor valora los efectos positivos de la inmigración para la economía. Los ciudadanos lo calificaron con un 5,7 sobre 10. Al mismo tiempo, el informe sitúa a España entre los países que peor percepción tienen sobre el impacto de la inmigración sobre la calidad de vida. Al ser preguntados sobre si la inmigración «hace del país un lugar peor o mejor para vivir», los españoles otorgaron un 4,9 a la cuestión.
Países como Eslovaquia, Alemania, Francia, Reino Unido y Rusia también dieron una calificación por debajo del cinco manifestando así su percepción de que la vida en sus respectivos países ha empeorado con la llegada de inmigrantes. Por el contrario, Suecia, Polonia, Dinamarca y Bulgaria son los más convencidos de que la inmigración es beneficiosa.
FELICES, PERO LENTOS
La edad de irse de casa
Los españoles vivimos mucho, somos de los más longevos de la Unión Europa, y vivimos lento. Emancipación, vida en pareja, matrimonio, hijos, nietos… casi todo llega más tarde que para nuestros vecinos de continente, según la encuesta. Usos, costumbres y condiciones socioeconómicas se conjuran para retardar los principales hitos en la peripecia vital del español medio.
Los frutos de la naturaleza maduran antes al Sur, pero las latitudes meridionales no garantizan la precocidad personal y social de los individuos, a tenor de lo que se ve en la fotografía de conjunto de los pueblos europeos. Los españoles conseguimos nuestro primer trabajo remunerado a los 19 años, ajustados al promedio continental. Los más precoces en este punto son los alemanes, daneses, fineses, portugueses y suizos, y los más rezagados son los ciudadanos de Eslovenia, Estonia y Rumania, que esperan a los 21 años.
A partir de ahí, sin embargo, empezamos a quedarnos atrás. En España los jóvenes dejan el hogar paterno a los 23 años (a la misma edad que los belgas, ambos los más remolones de Europa), aunque los responsables de la encuesta explican que no se trata de una emancipación entendida como tal (hogar y vida independientes), que aún es más tardía, sino más bien de una salida forzada por estudios. Nórdicos, noruegos y daneses dejan el nido a los 19 años; portugueses y polacos, entre otros, a los 22, y la gran mayoría lo hacen entre los 20 y los 21 años.
EN EL AMOR
También un paso por detrás
Aunque las diferencias no son escandalosas, también vamos un paso por detrás en las relaciones sentimentales. La vida en pareja por primera vez se retrasa hasta los 25, y el matrimonio a los 26 años, dos después que la media europea. Sólo los suizos y los suecos se casan más tarde, a los 27 años, que es la edad a la que los españoles tenemos el primer hijo. La media de los veinte países estudiados es de 26 años para estrenar la maternidad/paternidad. Por lógica, el primer nieto también se hace esperar más; en España llega a los 54 años, frente a la media de 50.
VIVE Y DEJA VIVIR
Parejas de hecho y divorcio
Los españoles vivimos y dejamos vivir. Así, la mayoría no ve mal las parejas de hecho, el trabajo a tiempo completo de ambos, aun teniendo hijos, o las parejas que no tienen descendencia. La decisión personal peor digerida por los españoles es la de divorciarse cuando los hijos son aún pequeños, poco recomendable para el 36% de los encuestados. Los países ex comunistas son los menos tolerantes en este tipo de decisiones, y los nórdicos lo más liberales. España está en un punto medio.
EL TRABAJO ES SAGRADO
Mucho tiempo, poca paga
Los españoles declaran un alto grado de satisfacción con el trabajo (lo califican con un 7,2), a sólo seis décimas de la cabeza (de nuevo Dinamarca), aunque están un poco más descontentos con el tiempo que dedican a la actividad laboral, que puntúan con un 5,9. Al menos la mitad de los españoles (46,3%) se cree pagado adecuadamente, mientras que un tercio opina que sus esfuerzos laborales no se recompensan como es debido.
MALA NOTA PARA LOS POLÍTICOS
Aprobado raspado para la Justicia
Los políticos y los partidos políticos reciben una nota de 3,6 en una escala de diez, y son, en España y en toda Europa, el colectivo y las instituciones peor valorados. La Policía es el cuerpo más apreciado por los españoles, con una nota de 6, y aprueban raspado el Parlamento, el sistema judicial, el Parlamento Europeo y Naciones Unidas, muy en sintonía con los promedios europeos en todas estas categorías. Los españoles sigue siendo «poco participativos», más dados a la protesta ocasional en manifestaciones (un 17,8%), que al trabajo comunitario, social o político.
¿Son suficientes las medidas existentes?, ¿cómo combatirías la violencia contra las mujeres?, ¿qué propones?
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