VALENCIA/ALICANTE.04 de noviembre de 2007, ABC.ES POR E. VILLAREJO/A. ANTOLÍN
Viernes de oración en la mezquita de Valencia. El primero tras la sentencia del juicio de los atentados del 11-M, un asunto que pasa de puntillas por las conversaciones de los corrillos de las más de mil personas que se dan cita en sus inmediaciones a la salida del servicio religioso -el imán tampoco hizo mención al asunto-. Sólo cuando se les interpela, el fantasma del 11-M reaparece. No todos quieren opinar.
«La justicia habló al fin. Lástima que durante todo el proceso, y especialmente los medios de comunicación, se haya hablado de «terrorismo islamista». ¿Acaso cuando el IRA ponía bombas se decía terrorismo católico?», responde Feisal, un palestino de nacionalidad española instalado en España desde hace treinta años: «Además, entre los condenados hay un ciudadano español no musulmán. ¿Por qué mezclamos religión y terrorismo?». Ésta es la gran queja de la mayoría de la comunidad musulmana respecto al juicio (y conclusiones) del 11-M. «Si llevas barba, te miran mal y creen que eres un terrorista».
El presidente de la Federación Consejo Islámico Valenciano, Imad al Naddaf, resalta que «ninguna sentencia puede aliviar el dolor de los familiares de las víctimas. Aunque les ayude a sentirse un poco más tranquilos». Confía además en el papel desempeñado por la justicia -«lo ha hecho bien»- y muestra su repulsa por cualquier acto terrorista en nombre del Islam: «Un verso del Corán dice que «si matas a una persona, estás matando a la humanidad»».
Seis de los veintiún presos condenados se encuentran en estos momentos en la cárcel alicantina de Villena -el nivel de alerta por amenaza terrorista continúa en nivel 2 (el mismo que durante el juicio), según fuentes de la Delegación del Gobierno- donde han iniciado una huelga de hambre.
El perfil de estos reclusos es especial: «Se mantienen al margen de las dinámicas del resto de presos. Aunque no suelen dar problemas», afirman fuentes sindicales.
En Alicante, el presidente de la Comunidad Islámica, Mohamed Majed Khadem, se muestra de acuerdo con la sentencia y expresa su confianza «en la justicia de España, que ha hecho lo que había que hacer». Tras lamentar la muerte de víctimas inocentes, rechaza que «se mida a todo el mundo por el mismo rasero». Insiste en que «Alá es el máximo juez del mundo y, aunque a nosotros se nos puede olvidar, ante Alá no se olvida nunca, por lo que sus autores y cómplices serán castigados».
En los cafés árabes de Alicante coinciden con tales opiniones miembros de la comunidad musulmana. Hay quienes lamentan que algunos «se hayan escapado de la condena». Vendedores de perejil, hierbabuena, té, pan, perfumes, libros sagrados, CD de salmos coránicos se confunden entre los que acuden a la mezquita de Valencia. «Salam malekum». Finalmente, el fantasma del 11-M reapareció. No todos quisieron opinar.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Viernes de oración en la mezquita de Valencia. El primero tras la sentencia del juicio de los atentados del 11-M, un asunto que pasa de puntillas por las conversaciones de los corrillos de las más de mil personas que se dan cita en sus inmediaciones a la salida del servicio religioso -el imán tampoco hizo mención al asunto-. Sólo cuando se les interpela, el fantasma del 11-M reaparece. No todos quieren opinar.
«La justicia habló al fin. Lástima que durante todo el proceso, y especialmente los medios de comunicación, se haya hablado de «terrorismo islamista». ¿Acaso cuando el IRA ponía bombas se decía terrorismo católico?», responde Feisal, un palestino de nacionalidad española instalado en España desde hace treinta años: «Además, entre los condenados hay un ciudadano español no musulmán. ¿Por qué mezclamos religión y terrorismo?». Ésta es la gran queja de la mayoría de la comunidad musulmana respecto al juicio (y conclusiones) del 11-M. «Si llevas barba, te miran mal y creen que eres un terrorista».
El presidente de la Federación Consejo Islámico Valenciano, Imad al Naddaf, resalta que «ninguna sentencia puede aliviar el dolor de los familiares de las víctimas. Aunque les ayude a sentirse un poco más tranquilos». Confía además en el papel desempeñado por la justicia -«lo ha hecho bien»- y muestra su repulsa por cualquier acto terrorista en nombre del Islam: «Un verso del Corán dice que «si matas a una persona, estás matando a la humanidad»».
Seis de los veintiún presos condenados se encuentran en estos momentos en la cárcel alicantina de Villena -el nivel de alerta por amenaza terrorista continúa en nivel 2 (el mismo que durante el juicio), según fuentes de la Delegación del Gobierno- donde han iniciado una huelga de hambre.
El perfil de estos reclusos es especial: «Se mantienen al margen de las dinámicas del resto de presos. Aunque no suelen dar problemas», afirman fuentes sindicales.
En Alicante, el presidente de la Comunidad Islámica, Mohamed Majed Khadem, se muestra de acuerdo con la sentencia y expresa su confianza «en la justicia de España, que ha hecho lo que había que hacer». Tras lamentar la muerte de víctimas inocentes, rechaza que «se mida a todo el mundo por el mismo rasero». Insiste en que «Alá es el máximo juez del mundo y, aunque a nosotros se nos puede olvidar, ante Alá no se olvida nunca, por lo que sus autores y cómplices serán castigados».
En los cafés árabes de Alicante coinciden con tales opiniones miembros de la comunidad musulmana. Hay quienes lamentan que algunos «se hayan escapado de la condena». Vendedores de perejil, hierbabuena, té, pan, perfumes, libros sagrados, CD de salmos coránicos se confunden entre los que acuden a la mezquita de Valencia. «Salam malekum». Finalmente, el fantasma del 11-M reapareció. No todos quisieron opinar.
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