Campo de refugiados de rohinyás en Kutupalong, Bangladesh EFE ELL
Alerta de asesinatos, violaciones, torturas, secuestro y hambruna forzada
"La naturaleza de la violencia ha cambiado hacia una campaña de terror", afirma
Recrimina que el Gobierno está empujando esta minoría musulmana hacia Bangladesh
La limpieza étnica contra la minoría musulmana rohinyá continúa en el estado Rakáin, en el oeste de Birmania (Myanmar), de donde unas 700.000 personas han huido desde agosto hacia Bangladesh, según ha alertado este martes Naciones Unidas.
La ONU y organizaciones de defensa de los derechos humanos han denunciado repetidamente los abusos cometidos por el Ejército birmano en la campaña que inició en el norte de Rakáin en respuesta al asalto armado de un grupo insurgente rohinyá el 25 de agosto.
De hecho, un informe de Médicos sin Fronteras calcula que entre el 25 de agosto y el 24 de septiembre de 2017, al menos 9.000 rohinyás muerieron en el estado de Rajine, 6.700 de ellos asesinados, y entre los fallecidos habría al menos 730 niños de 5 años.
El asistente del secretario general de la ONU para los Derechos Humanos, Andrew Gilmour, ha asegurado que, si bien el grado de violencia se ha reducido ahora, las fuerzas de seguridad birmanas siguen cometiendo asesinatos, violaciones, torturas, secuestro y hambruna forzada.
"Parece que la violencia extendida y sistemática contra los rohinyá persiste", ha dicho Gilmour en un comunicado emitido tras su visita a los campos de refugiados en Bangladesh.
"La naturaleza de la violencia ha cambiado (...) hacia una campaña de terror de baja intensidad y hambruna forzada que parece estar diseñada para empujar a los rohinyá que quedan en sus casas hacia Bangladesh", añadió.
Gilmour ha recriminado al gobierno birmano que diga que está preparado para el regreso de los refugiados cuando persiste la violencia, y aseguró que en las condiciones actuales "el retorno seguro, digno y sostenible es imposible".
Refugiados en Bangladesh
En cambio, ha ensalzado la respuesta humanitaria de Bangladesh y organismos internacionales en la atención de los rohinyá, si bien ha alertado de los "devastadores efectos" que el inicio de la temporada de lluvias puede tener en los campos de refugiados.
Bangladesh y Birmania firmaron un acuerdo para comenzar a repatriar a los refugiados a finales de enero pero que Dacca suspendió a última hora.
El Ejército birmano ha negado los abusos, aunque el pasado mes de enero reconoció un caso de asesinatos extrajudiciales de rohinyás a los que enterraron en una fosa común, en septiembre de 2017.
Birmania no reconoce la ciudadanía a los rohinyá, a los que considera inmigrantes bengalíes, y les somete desde hace años a todo tipo de discriminaciones, incluidas restricciones a la libertad de movimientos.
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