viernes, 19 de enero de 2018

Las escuelas reciben una guía para detectar la radicalización yihadista

Palma, 19.01.2018,diariodemallorca.es,Mar Ferragut


Los policías tutores tienen un papel importante en la guía para detectar radicalización. b.ramon

Administraciones Públicas remite a los centros un protocolo con "indicadores de radicalización", como "comentarios de odio a Occidente" - El Govern adapta así una instrucción recibida desde el ministerio del Interior tras los atentados de Barcelona

Las claves
"Indicadores de radicalización"

Expresiones de odio: Comentarios que justifiquen la violencia terrorista o el odio hacia Occidente "y que no estén relacionados con un comentario aislado dentro de la libertad de expresión".

Comportamiento y notas: Cambios de comportamiento y rendimiento académico; absentismo escolar.

Familias "radicales": Madres que vistan con niqab y padres que lleven barbas largas y chilabas; niñas que son víctimas de violencia, a las que no se las deja ir a extraescolares o a las que se saca de la escuela. Hermanos que controlen demasiado a los pequeños.

Antecedentes: Antecedentes penales por delitos menores de los alumnos o sus familias.
La dirección general de Emergencias e Interior ha remitido una circular a los centros educativos de las islas con instrucciones sobre cómo detectar la posible radicalización yihadista en alumnos de origen islámico.

Para ello, el Govern enumera una serie de posibles señales a las que deben estar atentos los colegios e institutos. Esta propuesta de actuación redactada por la conselleria de Hacienda y Administraciones Públicas es la adaptación de una instrucción recibida desde el ministerio del Interior tras los atentados de Barcelona y Cambrils del pasado agosto que dejaron dieciséis fallecidos y más de cien heridos.

El documento es breve, de apenas un folio y comienza subrayando que los inmigrantes de origen islámico que viven en Balears son de origen "muy humilde", con lo que, señala la circular, "pueden ser fácilmente seducidos cuando no se sienten integrados dentro de la sociedad". El texto alerta especialmente sobre la posible desafección de los inmigrantes de segunda generación, aquellos ya nacidos aquí.

Uno de estos "indicadores de radicalidad" es que los estudiantes profieran comentarios que justifiquen la violencia terrorista o el odio hacia Occidente "y que no estén relacionados con un comentario aislado dentro de la libertad de expresión", se matiza.

También se pide al personal del centro que se fije en cambios de comportamiento o caída del rendimiento académico de los estudiantes, así como en si incurren en absentismo escolar (faltan mucho tiempo a clase sin justificación). Otro indicador al que deben atender es si el alumno o su familia tienen antecedentes penales por delitos menores.

Las familias del estudiante también pueden denotar símbolos de radicalidad y el documento alude a la vestimenta: si la madre usa niqab (un velo que cubre el rostro y solo deja a la vista los ojos) y/o el marido lleva barba larga y chilaba.

Se apunta también como posible indicador de "familiares radicales" al tipo de trato que reciben las hijas: si son víctimas de violencia de género; si no se les permite participar en actividades extraescolares o si directamente las sacan del sistema educativo. También se apunta como posible señal de alarma al comportamiento de los jóvenes "que controlan excesivamente a sus hermanos pequeños".

Si los centros educativos detectan estas señales, deben contactar con el inspector educativo y con el policía tutor correspondiente.

Antes de hacer cualquier intervención, la dirección general de Interior insta a los centros a garantizar la confidencialidad; trabajar la prevención; y no estigmatizar ni sancionar con expulsiones: "Lo que buscamos es la integración".

Asimismo, desde el Govern se insta al personal de las escuelas e institutos a comunicar a los policías tutores "cualquier situación de riesgo que atente contra los derechos de los alumnos o que los ponga en riesgo y se detecte dentro del ámbito comunitario". Una vez comunicados los hechos, los centros deberán continuar trabajando "para concienciar e integrar" a estos estudiantes dentro de la comunidad educativa, "sin perjuicio de que se puedan poner las medidas disciplinarias que el centro considere oportunas".

En 2015, tras los atentados de París y dos años antes de convertirse en escenario de la barbarie terrorista, Cataluña fue la primera comunidad autónoma en elaborar un protocolo para detectar posibles casos de radicalización en las escuelas y formar a equipos directivos. El pasado septiembre, tras el ataque sufrido en Las Ramblas y en Cambrils, la Generalitat anunció la ampliación de este protocolo, incluyendo formación para el profesorado.

En Mallorca, la Policía Nacional detuvo en junio del año pasado a cuatro posibles yihadistas en Inca, Binissalem y Ariany, acusados de captar combatientes para DAESH y elaborar y difundir propaganda "muy radical". En 2016, fue detenido un vecino de Son Gotleu también por yihadismo, si bien fue absuelto un año después.

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