África,13 ene 2018,rt.com
Celebraciones en las calles de Harare después de la renuncia del presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, el 21 de noviembre de 2017. Tony Karumba / AFP
Los líderes autoritarios "aún se aferran desesperadamente al poder", pero los jóvenes africanos apoyan "abrumadoramente" la democracia, sostiene un analista.
En África se está librando una "guerra generacional" masiva entre las "élites atrincheradas" en el poder y los "jóvenes impacientes" que abogan por la democracia, sostiene John Githongo, analista de Foreign Policy, en un artículo en el que repasa estas tendencias "importantes pero contradictorias" que han surgido en el continente en los últimos meses.
La primera tendencia, según Githongo, consiste en la "profundización de una recesión democrática", evidenciada por el reciente ataque a las garantías constitucionales que limitan los mandatos presidenciales en países como Ruanda y Uganda. Este proceso ha sido impulsado por el desarrollo de "nuevas y sutiles" formas de manipulación política y electoral de las élites, incluido el uso de leyes antiterroristas, ayuda financiera de naciones occidentales y lucha geopolítica por los recursos con China.
La segunda tendencia es el "optimismo político" entre los votantes africanos, especialmente los jóvenes, que apoyan "abrumadoramente" la democracia. Su optimismo ha sido impulsado, en parte, por el surgimiento de medios "agresivamente independientes", la madurez de instituciones como la judicatura, y por el auge de organizaciones no gubernamentales que luchan por responsabilizar a los Gobiernos "a pesar de las condiciones cada vez más restrictivas".
De hecho, el autor señala que en varios países africanos las instituciones que una vez estuvieron bajo el control de las élites están mostrando "destellos de independencia", desde los medios hasta la iglesia y el poder judicial. "Nunca en la historia independiente de África ha existido una alianza tan amplia para la democracia" contra las élites, resalta Githongo.
"No sucederá de la noche a la mañana"
La pregunta ahora es si esta consolidación democrática popular puede "controlar o comenzar a revertir la ola de autoritarismo desatado por las élites de arriba", plantea el periodista. En su opinión, a largo plazo los cambios demográficos hacen que el cambio democrático parezca inevitable, puesto que la población de África es "la más joven, de más rápido crecimiento y, en muchos lugares, la que más rápido se está urbanizando en el planeta".
Por otro lado, el analista considera que el cambio "no sucederá de la noche a la mañana" en un continente donde las transiciones políticas siempre han sido asuntos difíciles.
En este sentido, el autor recuerda que en la década de 1990 se promulgaron 48 nuevas constituciones en África, de las que 33 incluían límites de mandato para los jefes de Estado: dos términos de cinco años en la mayoría de los casos. Sin embargo, en 2015 ya se estaba produciendo una reversión dramática, pues en al menos 24 de estos 33 países con límites de mandato, se intentó eliminarlos, en la mitad de los casos con éxito, como en Uganda, Ruanda y Burundi. En otros lugares los líderes autoritarios se aferraron al poder por otros medios, bien "retrasando las elecciones indefinidamente", como hizo el presidente Joseph Kabila en el Congo, o "manipulándolas inteligentemente" como Uhuru Kenyatta en Kenia.
Ayuda de EE.UU. que "instiga" el autoritarismo
Un aspecto que "instiga" esta tendencia hacia el autoritarismo son las preocupaciones de los países occidentales por el extremismo islámico en África, advierte el analista. En este sentido, recuerda que EE.UU. ha proporcionado ayuda militar y antiterrorista a Gobiernos africanos sin tener en cuenta sus credenciales democráticas, "siempre que estuvieran dispuestos a luchar contra los yihadistas". En muchos casos, estos Gobiernos se volvieron más represivos, utilizando legislación antiterrorista y otros instrumentos para intimidar a la oposición y silenciar las voces discrepantes, mientras la asistencia de seguridad de Estados Unidos continuaba fluyendo, como ocurrió en Níger, Etiopía, Uganda, Camerún y Chad, se lamenta el experto.
Un manifestante durante una protesta contra el presidente de Togo en Lomé, el 5 de octubre de 2017. / Matteo Fraschini Koffi / AFP
"Particularmente decepcionante" es la historia de Kenia, uno de los socios antiterroristas más importantes de Washington en la problemática región del Cuerno de África y que, al mismo tiempo, tuvo el nada encomiable honor de encabezar las estadísticas en todo el continente por asesinatos extrajudiciales a manos de la Policía en 2016, según Amnistía Internacional.
¿Quién ganará?
En cualquier caso, en todo el continente la tendencia básica es "hacia más democracia", asegura el autor. Los líderes autoritarios "aún se aferran desesperadamente al poder" y a corto plazo pueden tener éxito en detener o revertir los avances democráticos, pero la generación más joven y más impaciente "tiene a las élites corruptas y autoritarias en su punto de mira" y serán los jóvenes de África que "determinarán el futuro del continente", concluye,
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