Sant Feliu, 9 de julio de 2017,etasantfeliu.cat/islamedia
Los Mossos impidieron que se encontraran las dos manifestaciones / Foto: Fetasantfeliu
Un centenar de personas se manifiestan en contra del traslado de la "mezquita" en un acto impulsado por Democracia Nacional. Cerca de un centenar de personas organizaron una concentración antifascista. El fuerte despliegue policial evitó incidentes
Son las seis y media de la tarde de un sábado de julio y en la Plaza de la Villa hay una fiesta castellera, con actividades infantiles. A unos cuantos metros de distancia, junto a la Catedral, un grupo de personas están terminando de pintar una pancarta donde se puede leer "sus fobias no nos harán más miedo". Hay unas sesenta personas concentradas, entre las que hay algunos concejales, como Lidia Muñoz y Manuel Leiva (ICV-EUiA), Lourdes Borrell (PSC) o Bernat Dausà (ERC). Es la contramanifestación que grupos antifascistas han organizado como respuesta a la manifestación en contra del traslado del centro de culto musulmán, convocada a las 7 de la tarde convocada por el partido de ultraderecha Democracia Nacional y por vecinos contrarios a la "mezquita".
De la Plaza de la Villa en la Plaza de la Estación la presencia policial es notable y se acentúa en el paseo Navidad, donde ya hay cuatro furgones de los Mossos. A las siete menos cuarto, en la plaza de la Estación hay más curiosos que manifestantes. El alcalde, Jordi San José, llega acompañado del senador de Ciudadanos Xavier Alegre y conversan con los Mossos sobre el amplio dispositivo policial desplegado para evitar incidentes. A cinco minutos para las siete llega un grupo más numeroso, de unas sesenta personas, con pancartas que dicen "mezquita no" y "no a la islamización de Europa", acompañados de banderas españolas y catalanas, y diciendo "no, no, no, mezquita no ". En primera fila, cogiendo la pancarta principal, el político Josep Anglada, quien fue líder de Plataforma por Cataluña y actualmente líder de Somos Identitarios, y Manuel Candela, presidente de Democracia Nacional.
Un amplio despliegue policial evita que ambas manifestaciones se encuentren
Un centenar de manifestantes se concentran en la Plaza de la Estación. Pero no todos se sitúan en medio de la plaza, detrás de las pancartas hay unos sesenta. Frente al parque Navidad, en un segundo plano más discreto, hay algunos vecinos que no se colocan detrás de la pancarta pero que aplauden los discursos. Frente a ella, en la acera que queda frente al quiosco, también hay decenas de personas estaban mirando. Muchos, como el alcalde, Jordi San José, lo hacen para expresar el rechazo a la manifestación. También se deja ver la concejala Mireia Aldana (ICV-EUiA). Además, hay curiosos y despistados que se preguntan "qué pasa" o un grupo de personas vestidas de gala que llega de una boda y que pasa deprisa evitando la plaza.
Pocos minutos después de las siete, una vecina coge el micrófono para leer un manifiesto en contra del traslado del centro de culto, advirtiendo de las "repercusiones morales y económicas" que implica este traslado. Después es Manuel Candela, presidente de Democracia Nacional, quien también hace un discurso. Es justo cuando empieza este discurso que la contramanifestación llega desde la calle Vidal y Ribas hacia el paseo Navidad con cánticos como "fuera fascistas de nuestros barrios". Los Mossos impiden el paso para evitar que se encuentren ambos grupos. Desde la manifestación responden con "anitfa, ha, ha, ha" e insisten con cánticos como "esta es nuestra tierra, hay que defenderla", una de las consignas que Democracia Nacional suele repetir en sus manifestaciones. Además de pancartas contra la mezquita hay otra referente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump: "Trump. Make America great again ".
A las ocho y media, las calles de Can Calders ya se han vaciado de cánticos y banderas y básicamente quedan vecinos que miran de lejos o algunos que se preguntan "qué ha pasado" ante el dispositivo policial. "Una manifestación", responde alguien. La manifestación y la contramanifestación han acabado finalmente sin incidentes, más allá de algunos insultos, y no han llegado a estar en contacto a raíz del fuerte dispositivo policial de los Mossos.
Desde el Ayuntamiento habían pidiendo al vecindario de Can Calders que no se sumara a la manifestación vinculada con Democracia Nacional y la valoración que hace el alcalde de Sant Feliu, Jordi San José, es que "una manifestación de fascistas siempre es mala noticia y no quieres ver a tu pueblo ". Pero también dice que "han sido cuatro gatos, de Sant Feliu había muy poca gente porque ha entendido que más que una manifestación por un tema local es un pretexto para un partido fascista para hacerse ver y para crear este sentimiento de islamofobia que es el caldo de cultivo para el fascismo en toda Europa "
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