Francia,23 Jul 2017,Afp
El refugiado camerunés Emilien Atanga, de 24 años.AFP
Normalmente hospedarse en una casa de la plataforma AirBnB tiene un precio, pero desde hace un mes hay anfitriones en Francia que proponen alojar gratis a refugiados y demandantes de asilo.
Desde el 20 de junio, la empresa estadounidense permite esta opción gracias a su sección "Open Homes", con el apoyo de asociaciones francesas de ayuda a los refugiados como Singa, ELAN Samu Social, JRS France y Réfugiés Bienvenue.
"Al principio era un poco escéptica", recuerda Nadège Letellier, responsable en ELAN. "Ser anfitrión en AirBnB es normalmente una forma de ganar un dinero, pero me dije 'se puede intentar'".
"Open Homes" cuenta actualmente con 600 anuncios en 260 comunas, haciendo de Francia el país europeo con más inscritos, se congratuló el director de AirBnB en el país, Emmanuel Marill.
Para proponer una habitación hay que rellenar un formulario parecido al de un alojamiento de pago, indicando el tipo de vivienda (casa, apartamento, tipi...) o de cama (doble, sofá cama, hamaca...).
"No importa que sea una casa, una barcaza o algo aún menos típico, en tanto en cuanto el anfitrión sea acogedor", considera Marill.
No obstante, las asociaciones quieren visitar los alojamientos antes de seleccionarlos. "Consideramos una habitación a partir de 9 metros cuadrados", precisa Vincent Berne, responsable del área de alojamiento de Singa.
Estas visitas les permiten también asegurarse de las buenas intenciones de los anfitriones, rechazando a los que buscan que los refugiados realicen labores como cuidar niños o tareas del hogar a cambio de alojamiento.
Para las asociaciones de ayuda a los refugiados con dificultades para darse a conocer, AirBnB y sus habilidades en comunicación "no son una solución milagrosa, sino una victoria más", considera Antoine Paumard, director de JRS France.
La responsable de ELAN tampoco cree "que el número de alojamientos disponibles [en Francia para los refugiados] vaya a despegar", pero se alegra "de tener unos cuantos más" que cumplen las condiciones de su asociación.
Alojamiento a cargo de los anfitriones
Hay una exigencia a la que AirBnB aún no responde perfectamente: los alojamientos se proponen a menudo para periodos cortos que no permiten la integración de los refugiados, según las asociaciones, que recomiendan un mínimo de tres meses.
Ese fue el tiempo que pasó Emilien Atanga en casa de Joël y Emmanuelle Elbaz, una pareja de quincuagenarios parisinos que se lanzó a la aventura en la fase de prueba del proyecto.
"Todos nuestros hijos se fueron" de casa, explica Joël. "Nos agradaba tener a Emilien, quien nos regalaba grandes sonrisas desde por la mañana", destaca.
Emilien se vio obligado a huir de Camerún, su país natal, tras haber sido sorprendido con su novio, en un país donde la homosexualidad puede ser castigada con penas de prisión.
Como se indica en "Open Homes", los meses de hospedaje corren a cargo de los anfitriones, y AirBnB no recibe ninguna comisión.
Pero "cuando se aloja gratis, uno se pregunta cuál es la contrapartida", considera Letellier. Las opiniones de las asociaciones divergen sobre los beneficios del principio de gratuidad.
ELAN sufraga "hasta 200 euros al mes para los anfitriones que lo deseen para alimentación y electricidad", en tanto que JRS Francia quiere "responsabilizar" a los alojados proponiéndoles participar en los gastos, aunque sea con "cinco euros al mes".
La asociación Réfugiés Bienvenue, que fue el vínculo entre Emilien y la pareja Elbaz, funciona "con un sistema totalmente gratuito para los refugiados". Joël y Emmanuelle, instructor y consultora en una empresa, también le daban dinero de bolsillo a Emilien.
Ahora Emilien vive en otro apartamento, pero el vínculo que se creó sigue siendo fuerte: Joël y Emilien acaban de pasar una semana juntos en el campo.
AirBnB aspira a "acoger a 100.000 personas vulnerables de aquí a 2022 en el mundo". El grupo propone desde 2012 a sus anfitriones acoger gratis a personas con necesidades urgentes, como ocurrió tras el paso del huracán Sandy en Nueva York.
"Open Homes", lanzado inicialmente en Estados Unidos a principios de junio, amplía este paso a otros países.
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