Los ciudadanos musulmanes ya sobrepasan el millón de personas en España, un colectivo que, a pesar de su número, todavía tiene dificultades para lograr una plena integración social.
Madrid,2008-08-01,sisepuede.es
En España, hay 1.130.000 seguidores de la religión islámica, es decir, la practican 25 de cada mil habitantes, según el Estudio demográfico sobre conciudadanos musulmanes realizado por la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide), primer censo poblacional de esta confesión.
El objetivo de este informe es «demostrar la representatividad del colectivo musulmán en la sociedad española, para que se tengan sus necesidades en cuenta», dice a Sí Riay Tatary, presidente de la Ucide y de la Comisión Islámica de España (CIE).
Aspectos de la vida cotidiana concentran las reivindicaciones de este colectivo. Tener la mezquita a excesiva distancia o un local mal acondicionado como oratorio, la incompatibilidad del calendario religioso con el laboral, dificultades en la adaptación de los menús escolares de los hijos o que éstos no reciban clases de islam son problemas comunes en la vida de muchos de ellos.
«Al margen de sus reivindicaciones, los musulmanes ejercen sus derechos y obligaciones como cualquier ciudadano. Se enfrentan a los mismos problemas de trabajo, vivienda y de búsqueda de bienestar que el resto de los españoles. Es cierto que algunos focos extremistas nos inquietan, pero no basamos nuestra labor en ello, porque son aislados, no hay motivo para el alarmismo», puntualiza Tatary.
Sin embargo, el dirigente de la Ucide señala el distinto grado de integración y tipo de ayuda que precisan: «Los nacidos aquí, de varias generaciones –alrededor de 150.000–, suelen pedir orientación en asuntos como los estudios universitarios, a diferencia de los recién llegados, menos adaptados».
«Numerosos descendientes de musulmanes cursan una carrera o cuentan con formación profesional y encuentran fácilmente trabajos. Es una juventud integrada», explica.
Al hilo del informe, Tatary cita los casos de Esteve Darwich, de padre sirio, que obtuvo la mejor nota en el examen para médicos internos residentes (MIR) del año 2005, o el número uno en el de Tarragona en 2007, un joven de padres sirios, como motivo de orgullo para su comunidad, que nacionalizó a 80.235 de sus miembros en el último medio siglo, «españoles de pleno derecho ya con hijos que, incluso, cosechan éxitos».
Según el estudio, la autonomía con mayor población de musulmanes es Catalunya (279.027), seguida de Madrid (196.689), Andalucía (184.430) y Valencia (130.471), que concentran al 70 por ciento del total.
Fuad Saou, vicepresidente de la Fundación Ibn Batuta de Barcelona, echa de menos un «mejor trato del islam en los medios de comunicación, para favorecer su conocimiento y permitir su apertura», cuestión en la que también incide la presidenta del Centro Cultural Islámico de Valencia, Amparo Sánchez.
Por su parte, Mohamed Halhoul, presidente del Consejo Islámico Cultural de Catalunya y del Consejo Islámico de esa comunidad, considera la presencia de los musulmanes «cada vez más notoria con la llegada de nuevos inmigrantes y la reagrupación familiar».
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Madrid,2008-08-01,sisepuede.es
En España, hay 1.130.000 seguidores de la religión islámica, es decir, la practican 25 de cada mil habitantes, según el Estudio demográfico sobre conciudadanos musulmanes realizado por la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide), primer censo poblacional de esta confesión.
El objetivo de este informe es «demostrar la representatividad del colectivo musulmán en la sociedad española, para que se tengan sus necesidades en cuenta», dice a Sí Riay Tatary, presidente de la Ucide y de la Comisión Islámica de España (CIE).
Aspectos de la vida cotidiana concentran las reivindicaciones de este colectivo. Tener la mezquita a excesiva distancia o un local mal acondicionado como oratorio, la incompatibilidad del calendario religioso con el laboral, dificultades en la adaptación de los menús escolares de los hijos o que éstos no reciban clases de islam son problemas comunes en la vida de muchos de ellos.
«Al margen de sus reivindicaciones, los musulmanes ejercen sus derechos y obligaciones como cualquier ciudadano. Se enfrentan a los mismos problemas de trabajo, vivienda y de búsqueda de bienestar que el resto de los españoles. Es cierto que algunos focos extremistas nos inquietan, pero no basamos nuestra labor en ello, porque son aislados, no hay motivo para el alarmismo», puntualiza Tatary.
Sin embargo, el dirigente de la Ucide señala el distinto grado de integración y tipo de ayuda que precisan: «Los nacidos aquí, de varias generaciones –alrededor de 150.000–, suelen pedir orientación en asuntos como los estudios universitarios, a diferencia de los recién llegados, menos adaptados».
«Numerosos descendientes de musulmanes cursan una carrera o cuentan con formación profesional y encuentran fácilmente trabajos. Es una juventud integrada», explica.
Al hilo del informe, Tatary cita los casos de Esteve Darwich, de padre sirio, que obtuvo la mejor nota en el examen para médicos internos residentes (MIR) del año 2005, o el número uno en el de Tarragona en 2007, un joven de padres sirios, como motivo de orgullo para su comunidad, que nacionalizó a 80.235 de sus miembros en el último medio siglo, «españoles de pleno derecho ya con hijos que, incluso, cosechan éxitos».
Según el estudio, la autonomía con mayor población de musulmanes es Catalunya (279.027), seguida de Madrid (196.689), Andalucía (184.430) y Valencia (130.471), que concentran al 70 por ciento del total.
Fuad Saou, vicepresidente de la Fundación Ibn Batuta de Barcelona, echa de menos un «mejor trato del islam en los medios de comunicación, para favorecer su conocimiento y permitir su apertura», cuestión en la que también incide la presidenta del Centro Cultural Islámico de Valencia, Amparo Sánchez.
Por su parte, Mohamed Halhoul, presidente del Consejo Islámico Cultural de Catalunya y del Consejo Islámico de esa comunidad, considera la presencia de los musulmanes «cada vez más notoria con la llegada de nuevos inmigrantes y la reagrupación familiar».
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