Uno de los aspectos más descuidados de la política de inmigración en Europa es la integración en la sociedad occidental de quienes llegan con una cultura, unas costumbres y una religión diferentes. El problema se plantea especialmente con las familias musulmanas que, con frecuencia, se encuentran como náufragos en nuestras ciudades. La población musulmana en Europa no deja de aumentar, tanto por la llegada de migrantes como por su crecimiento demográfico. Por primera vez en España, un estudio elaborado por un organismo del ministerio de Defensa advierte del riesgo que supone la ausencia de una educación reglada del Islam a los hijos de estos inmigrantes.
Formados sin control por profesores llegados más o menos clandestinamente de otros países, estos niños y adolescentes son presa fácil de las corrientes islámicas integristas que manipulan la enseñanza del Islam. Hace tiempo que Marruecos tomó la decisión de expulsar a los profesores integristas llegados de Arabia Saudita al tiempo que ofrecía profesores propios a los países vecinos para evitar la expansión del salafismo, del que deriva el yihadismo terrorista.
El informe sugiere regular la enseñanza islámica en los colegios con un modelo similar al de otras confesiones, con transparencia, rigor docente y el aval de la comunidad religiosa cuyo arraigo es reconocido por el Estado. Se trata de evitar la manipulación de los violentos y promover la integración de los musulmanes que llegan en circunstancias con frecuencia dramáticas.
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