“Los retornos significan la violación del derecho internacional y podrían arriesgar gravemente la vida y la libertad de estas personas", dice Bachelet
La alta comisaria para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, anunció que los 725.000 musulmanes de Arakán en la región de Cox Bazar en Bangladesh eran víctimas los incidentes de violencia estallados en agosto de 2017.
“La mayoría de los musulmanes de allí fueron testigos de la matanza de sus seres queridos y la destrucción con incendio de sus hogares y aldeas. Los refugiados rohingyá declararon reiteradamente que no querían regresar bajo condiciones existentes. La Comisaría de DD.HH. sigue recibiendo reportes de que todavía continúan asesinatos, desapariciones, detenciones arbitrarias y restricciones en libre circulación, acceso a salud y educación en la provincia de Arakán en Myanmar”, señaló.
Bachelet afirmó que los 130.000 musulmanes desplazados se alojan en campamentos del centro de Arakán. “Otros cientos de miles de personas en otras regiones de Arakán son forzados a vivir privados de derechos básicos y sin libertad.
“Los retornos significan la violación del derecho internacional y podrían arriesgar gravemente la vida y la libertad de estas personas. Dos ancianos intentaron suicidarse en Cox’s Bazar. Los delincuentes en Myanmar con rinden cuentas. La vuelta de los musulmanes a la violencia significará vivir de nuevo los dolores de décadas”, explicó la alta comisaria quien convocó al gobierno birmano a actuar con seriedad en garantizar las condiciones para el regreso de los musulmanes.
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