Madrid,27.11.2018,(EFE).
Se estima que más de un millón de personas en España sufren trastorno bipolar pero solo unas 300.000 han sido diagnosticadas correctamente, por lo que uno de cada siete no sabe que padece esta enfermedad mental grave que afecta a los mecanismos que regulan el estado de ánimo.
Es un trastorno mental que afecta a las áreas del cerebro implicadas en las emociones. "Somos emociones, nos motivan y nos ayudan a seguir viviendo", ha señalado en rueda de prensa el doctor José Manuel Montes, jefe de sección de psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
La persona que sufre trastorno bipolar pierde el control sobre sus emociones y padece tanto episodios de euforia como de depresión.
En la mayoría de los casos se inicia con síntomas depresivos y el paciente es incorrectamente diagnosticado de depresión hasta que aparecen los síntomas maníacos, ha explicado el psiquiatra, quien ha precisado que "las personas que tienen depresiones repetidas van a acabar padeciendo trastorno bipolar".
La aparición de la enfermedad se produce entre los 18 años y la mitad de la veintena, aunque el mayor "pico" de prevalencia se da entre los 20 y los 30 años, y los afectados tardan una media de cinco años en ser diagnosticados.
La banalización de la enfermedad también dificulta su diagnóstico. Se suele creer erróneamente que los síntomas son un problema relacionado con el carácter de la persona cuando en realidad se deben a un mal funcionamiento del cerebro.
El doctor Montes ha explicado que el tratamiento se basa fundamentalmente en la toma de medicación para la estabilización del estado de ánimo, aunque cada vez se tiene más evidencia de la utilidad de las intervenciones psicoeducativas que ayudan al paciente a adquirir conocimiento sobre su propio trastorno.
En el estigma que acarrea esta enfermedad ha puesto el acento la presidenta de la Asociación Bipolar Madrid, Isabel Mesa, quien ha considerado "vergonzoso" que todavía se intente ocultar la enfermedad por parte de las propias familias.
Mesa ha lamentado también que en las informaciones sobre sucesos violentos que aparecen en los medios de comunicación se haga público si el agresor tiene una enfermedad mental, lo que, a su juicio, es denunciable.
"Ojalá quitemos las etiquetas y los trastornos mentales sean una enfermedad más como el cáncer o la diabetes", ha pedido.
Precisamente para visibilizar la patología y acabar con el estigma el Hospital Ramón y Cajal acoge la exposición #BipolarNoEsBroma, impulsada por la compañía Lundbeck, que se puede ver también en el Clínic de Bareclona.
La muestra recoge los dibujos de los finalistas del concurso de ilustración del microrrelato El Viaje de Carlota, que tiene como objetivo mostrar el sentimiento de una persona con trastorno bipolar. EFE
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