MADRID,24/11/2018, lavanguardia.com,JUAN SARDÁ
Vista trasera de la Ermita de Santa María la Antigua (Juan Sardá)
Al sur de la ciudad, no muy lejos del Palacio de Vistalegre, en lo alto de una pequeña colina, se encuentra uno de los templos religiosos más interesantes de la ciudad. Se trata de la Ermita de Santa María la Antigua y destaca por ser casi milenaria, datando su construcción del siglo XII conservando algunos elementos del siglo XII siendo un lugar de culto desde un siglo antes. No solo es, también es el templo románico-mudéjar más antiguo de la Comunidad de Madrid y el único que se conserva íntegro. Un rincón de la Historia con mayúsculas en el que se han encontrado numerosos restos de asentamientos romanos.
La ermita de Santa María la Antigua tiene una austera belleza en la que sobresalen como elementos más vistosos la torre de veinte metros y la puerta de la fachada sur, con los típicos arcos morunos enmarcados en el característico alfiz. Es un recio edificio construido con muros de mampostería con verdugadas de ladrillo. Tiene una planta rectangular y mide 12 metros de largo y 9 de ancho.
Se erige en honor a Santa María Magdalena, a quien ya estaba dedicada la antigua iglesia que se hallaba en el mismo lugar. Un antiguo templo que fue construido prácticamente al mismo tiempo que los cristianos arrebataron la plaza a los musulmanes a finales del siglo XI. Según cuenta la tradición, San Isidro Labrador, patrón de la ciudad abrevaba allí sus bueyes en un pozo y rezaba en ese templo. Una placa lo recuerda.
Entrada a la ermita (Juan Sardá)
No solo eso. Al santo también se le atribuye el conocido como “milagro del lobo” en este lugar. Cuenta la leyenda que en una ocasión fue a rezar a la ermita y unos niños le advirtieron de que un lobo se quería comer a su burro. El santo continuó rezando tranquilamente y a la salida el lobo estaba muerto y el burro paciendo tranquilamente. Algunas fuentes también hablan de un “milagro de la hogaza de pan” sin dar más detalles. Sobre lo que se han levantado.
especulaciones fundadas es que el pozo hallado en 1995 en unas excavaciones fuera el mismo en el que el santo abrevaba a sus animales. Los arqueólogos dicen que es posible que pertenezca a la época romana.
Actualmente, la ermita solo está abierto los sábados a las 11 para un oficio religioso semanal. Pegada al cementerio de Carabanchel, ejerce como capilla del conocido como Cementerio Parroquial de San Sebastián Mártir.
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