El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el jueves por la noche de forma inesperada que no viajará a Reino Unido como tenía previsto a causa, según dijo, de que no quiere inaugurar la Embajada de su país en Londres.
En un tuit, el mandatario afirmó que no era "un gran admirador" de que la Administración de Obama vendiese "la Embajada quizás de mejor calidad y mejor localizada por 'cacahuetes' solo para construir una nueva en una mala ubicación por 1,200 millones de dólares".
Un mal trato", dijo Trump antes de añadir: "Querían que cortase la cinta: ¡NO!".
La alianza entre Estados Unidos y Reino Unido se ha debilitado desde que Trump asumió su cargo en enero del año pasado.
Sus restricciones a la inmigración de musulmanes levantaron una gran polémica en la nación insular y los problemas aumentaron cuando, en noviembre, el mandatario retuiteó imágenes de un grupo ultraderechista británico atacando a inmigrantes musulmanes.
Ante la presión interna, la primera ministra británica, Theresa May, afirmó que este último acto era una equivocación, lo que provocó que Trump le pidiese que no se centrase en él, sino en la lucha antiterrorista dentro de sus fronteras.
La declaración de Trump no hizo más que enojar más a Londres y muchos ciudadanos y funcionarios llegaron a pedir a May que retirase la invitación a Trump de efectuar una visita de Estado al país.
Las dos naciones tienen además grandes diferencias en varios asuntos como la retirada de Trump del acuerdo climático de París, su decisión de reconocer Jerusalén como capital israelí y su rechazo a certificar que Irán está cumpliendo con el histórico acuerdo nuclear de 2015.
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