El inmueble está junto a la línea de la antigua muralla. :: MARTÍNEZ BUESO
El parking de Orenes minará una zona de gran impacto arqueológico, ya que el solar está junto al antiguo alcázar del rey Lobo
El 'megaproyecto' del Grupo Orenes para convertir la antigua sede de Correos de Murcia en un complejo de ocio con hotel, casino y parking subterráneo de cinco plantas ha soliviantado a una parte de la sociedad sensibilizada con la protección del patrimonio histórico, pues el ámbito de esta actuación está «en la boca del lobo», como afirma el profesor de Arqueología de Murcia Javier García del Toro. Más bien, en la boca del rey Lobo.
En concreto, a sólo unas zancadas de donde estuvo el Alcázar Mayor -también Nassir o Qibir- de Mursiya. Los arqueólogos ubican el palacio de gobierno de Ibn Mardanish, el dadivoso Rey Lobo, en el entorno de la iglesia de San Juan de Dios, por lo que el edificio de Correos queda dentro del perímetro de la muralla de la medina de Murcia.
De hecho, una de sus fachadas está orientada a la calle Cánovas del Castillo -donde está el hotel Rincón de Pepe, que conserva un paño de la cerca medieval- y, más abajo, se halla el Centro de Interpretación de la Muralla de Santa Eulalia. Es más, Correos queda en la barbacana o espacio entre la muralla y la antemuralla, de la que hay evidencias documentadas en la calle Simón García.
Por tanto, para el parking subterráneo de cinco plantas tendrían que agujerear un solar encajonado «en una zona de grandísimo impacto arqueológico», como define García del Toro. La Universidad de Murcia realizó en los años 70 excavaciones en parcelas colindantes y en todas se acariciaron restos de los siglos XII y XIII, coetáneos del arrabal de la Arrixaca, el último gran descubrimiento arqueológico de la España musulmana.
Según la documentación de afamados estudiosos como Juan Torres Fontes, Manuel Jorge Aragoneses o Ana María Muñoz Amilibia, en el entorno de Santa Eulalia estaría la Bab al Quibla, conocida como Puerta de Mediodía o Puerta del Toro, que el profesor García del Toro apunta que está debajo de Correos, así como restos de muralla y antemuralla, aunque, por ejemplo, Muñoz Amilibia la sitúa en la prolongación de la calle Rambla con Cánovas del Castillo. En el entorno de Santa Eulalia, de hecho, la línea defensiva de Murcia se reforzaba con saeteras (ventanas) y contaba con torres rectangulares muy próximas, apenas separadas por 9,5 metros.
«En esta zona confluye un maremágnum de muralla, antemuralla y contramuralla por la proximidad con la gran fortaleza que defendía la ciudad. De hecho, al otro lado de la calle de Correos queda la calle Barahundillo (podría traducirse del árabe como foso hundido), y que hace referencia al foso de la muralla. De manera que podemos asegurar que por las excavaciones realizadas en este entorno la certeza de que aparezcan restos de muralla, antemuralla y una puerta de recodo de la ciudad es absoluta», confía Del Toro, convencido de que el hotel y el casino se harán, «pero no el parking porque la historia lo impedirá».
«Estamos hablando -añadió- de que esta zona está minada de restos y todo está escrito, todo está en los libros de historia y sabemos que en este lugar aparecerá una maravillosa concentración de restos árabes».
Tras el desmembramiento del imperio almorávide, Murcia se erige en capital de Al-Andalus oriental (1147-1171) bajo el mandato de Ibn Mardanish y, según Muñoz Amilibia, «en uno de los baluartes en la lucha contra los almohades».
La muralla, según la excatedrática, debió estar en pie en su conjunto en 1165, año del primer gran asedio de la ciudad por parte de los almohades. Ibn Mardanish murió en 1172. Cuatro años después entraron por primera vez en Murcia las tropas cristianas. Ocho siglos después, Murcia recibiría con esperanza la posibilidad de un nuevo hallazgo arqueológico, aunque, de momento, lo único que hay es un edificio viejo.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
El parking de Orenes minará una zona de gran impacto arqueológico, ya que el solar está junto al antiguo alcázar del rey Lobo
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En concreto, a sólo unas zancadas de donde estuvo el Alcázar Mayor -también Nassir o Qibir- de Mursiya. Los arqueólogos ubican el palacio de gobierno de Ibn Mardanish, el dadivoso Rey Lobo, en el entorno de la iglesia de San Juan de Dios, por lo que el edificio de Correos queda dentro del perímetro de la muralla de la medina de Murcia.
De hecho, una de sus fachadas está orientada a la calle Cánovas del Castillo -donde está el hotel Rincón de Pepe, que conserva un paño de la cerca medieval- y, más abajo, se halla el Centro de Interpretación de la Muralla de Santa Eulalia. Es más, Correos queda en la barbacana o espacio entre la muralla y la antemuralla, de la que hay evidencias documentadas en la calle Simón García.
Por tanto, para el parking subterráneo de cinco plantas tendrían que agujerear un solar encajonado «en una zona de grandísimo impacto arqueológico», como define García del Toro. La Universidad de Murcia realizó en los años 70 excavaciones en parcelas colindantes y en todas se acariciaron restos de los siglos XII y XIII, coetáneos del arrabal de la Arrixaca, el último gran descubrimiento arqueológico de la España musulmana.
Según la documentación de afamados estudiosos como Juan Torres Fontes, Manuel Jorge Aragoneses o Ana María Muñoz Amilibia, en el entorno de Santa Eulalia estaría la Bab al Quibla, conocida como Puerta de Mediodía o Puerta del Toro, que el profesor García del Toro apunta que está debajo de Correos, así como restos de muralla y antemuralla, aunque, por ejemplo, Muñoz Amilibia la sitúa en la prolongación de la calle Rambla con Cánovas del Castillo. En el entorno de Santa Eulalia, de hecho, la línea defensiva de Murcia se reforzaba con saeteras (ventanas) y contaba con torres rectangulares muy próximas, apenas separadas por 9,5 metros.
«En esta zona confluye un maremágnum de muralla, antemuralla y contramuralla por la proximidad con la gran fortaleza que defendía la ciudad. De hecho, al otro lado de la calle de Correos queda la calle Barahundillo (podría traducirse del árabe como foso hundido), y que hace referencia al foso de la muralla. De manera que podemos asegurar que por las excavaciones realizadas en este entorno la certeza de que aparezcan restos de muralla, antemuralla y una puerta de recodo de la ciudad es absoluta», confía Del Toro, convencido de que el hotel y el casino se harán, «pero no el parking porque la historia lo impedirá».
«Estamos hablando -añadió- de que esta zona está minada de restos y todo está escrito, todo está en los libros de historia y sabemos que en este lugar aparecerá una maravillosa concentración de restos árabes».
Tras el desmembramiento del imperio almorávide, Murcia se erige en capital de Al-Andalus oriental (1147-1171) bajo el mandato de Ibn Mardanish y, según Muñoz Amilibia, «en uno de los baluartes en la lucha contra los almohades».
La muralla, según la excatedrática, debió estar en pie en su conjunto en 1165, año del primer gran asedio de la ciudad por parte de los almohades. Ibn Mardanish murió en 1172. Cuatro años después entraron por primera vez en Murcia las tropas cristianas. Ocho siglos después, Murcia recibiría con esperanza la posibilidad de un nuevo hallazgo arqueológico, aunque, de momento, lo único que hay es un edificio viejo.
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