España, 14 de diciembre de 2018, latribunadealbacete.es
La población aumenta hasta los 46,7 millones y roza la cifra récord de habitantes de 2012 gracias a la llegada de extranjeros.
La inmigración se convierte en el salvavidas de la crisis demográfica española. La llegada de inmigrantes en el primer semestre del año ha conseguido contrarrestar el problema poblacional de un país en el que cada vez nacen menos niños y donde sus habitantes cada vez son más viejos. Como ocurre desde 2015, el crecimiento de la población solo se sustenta en la llegada de extranjeros ante la incapacidad de los distintos Gobiernos de implementar medidas de igualdad, conciliación e impulso a la maternidad que mejore su tasa de natalidad.
Así, la población de España aumentó en casi 75.000 personas (74.591) durante la primera mitad del año y se situó en 46.733.038 habitantes por lo que se consolida así el aumento iniciado en el segundo semestre de 2015 debido, principalmente, al aumento de extranjeros, según se desprende de los datos provisionales de las cifras de población correspondientes a 1 de julio de 2018, publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
De este modo, se podría superar este año el récord de 2012 de 46,8 millones de habitantes si sigue la tendencia actual.
España recibió 287.882 inmigrantes en la primera mitad de año, un 23 por ciento más que en 2017 y la cifra más alta desde 2008, año en que el estallido de la crisis que devastó la economía del país frenó las llegadas y disparó el número de emigrantes.
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