Gaza,13/11/2018,EFE
Palestinos portando ayer el cadáver de un miembro de las brigadas Al Nasser Salah al Deen, durante su funeral en la ciudad de Khan Yunis, Gaz (Haitham Imad / EFE)
En la frontera de Gaza, entre territorio israelí y el interior de la franja controlada por el grupo islamista Hamas, se vive una de las mayores escaladas de violencia de los últimos años, con una decena de palestinos y un teniente coronel israelí muertos, así como docenas de heridos, tras una operación fallida de las fuerzas especiales israelíes.
Mientras tanto, cientos de miles de ciudadanos israelíes se escondían en los refugios antiaéreos en el sur del país como consecuencia de los más de 200 misiles y cohetes que Hamas disparó sobre Israel como represalia. Como resultado de la nueva tensión, Israel desplegó anoche tanques y carros de combate en la frontera mientras mediadores de los servicios de inteligencia egipcios y del Gobierno qatarí intentan impedir lo que sería la cuarta guerra entre Israel y Hamas.
Todo empezó el domingo por la noche cuando una unidad de élite israelí entró en el sur de la Franja de Gaza, en la zona de Jan Yunis, disfrazados de hombres y mujeres palestinos para llevar a cabo una operación clandestina aparentemente destinada a destruir un túnel subterráneo con acceso al lado israelí de la frontera.
El resultado de la operación fue que un alto oficial israelí, el teniente coronel M., perdió la vida en los tiroteos que siguieron, en los que las fuerzas israelíes mataron a un alto cargo del brazo armado de Hamás, Nur Baraka, responsable de los túneles ofensivos en el sur de la franja, y a uno de sus guardaespaldas. Otro oficial israelí resultó herido, siendo evacuado hacia un hospital del sur del país.
Mientras el combate y el rescate estaban aún en curso, ya corrían informaciones en las redes sociales en Israel y en Gaza sobre el posible secuestro de un soldado israelí que luego fueron desmentidas.
Inmediatamente el embajador qatarí para la entrega de ayuda humanitaria a Gaza, Mohamed el Amadi, que reside normalmente en la franja pero viaja con frecuencia a Israel para reunirse con altos cargos del Gobierno y de los servicios secretos, se puso en contacto con las dos partes, al igual que enviados de la inteligencia egipcia que reciben órdenes del presidente Abdelfatah al Sisi, que también llevan meses mediando entre Israel y Hamas.
La operación del domingo por la noche hizo estallar en pedazos el tímido acuerdo. Hamas y la Yihad Islámica lanzaron más de 200 misiles y cohetes sobre el sur del país como represalia, provocando una decena de heridos en Israel, entre los cuales hay uno en estado grave. Los cohetes llegaron hasta la ciudad costera de Ashkelon y se temía que pudieran llegar a incluso a la ciudad de Tel Aviv.
En respuesta, las fuerzas aéreas israelíes llevaron a cabo numerosos ataques contra objetivos de Hamas en Gaza, provocando tres muertes. Anoche, el primer ministro Beniamin Netanyahu se reunió con el jefe del Estado Mayor para decidir cómo continuar con las represalias.
La Yihad Islámica, el segundo grupo armado más poderoso de la franja de Gaza, presentó lo ocurrido ayer como una victoria, ya que lograron descubrir a los soldados de élite, que pretendían pasar desapercibidos.
Netanyahu, que participó el domingo en la conmemoración de los cien años del final de la Primera Guerra Mundial en París, declaró en una inusual rueda de prensa a los medios de comunicación israelíes que no puede haber una solución diplomática frente a Hamas de la misma manera que no la puede haber con el Estado Islámico.
“No puedo llegar a un acuerdo diplomático con una organización cuya ideología es destruirnos”, declaró Netanyahu. “Mientras Hamas controle Gaza, la mejor solución a la que podemos llegar es lograr la tranquilidad”. Y añadió: “Hago todo lo posible por impedir una guerra que está de más”.
Ahora, con tambores de guerra sonando a ambos lados de la frontera, la pregunta es si los esfuerzos de todas las partes involucradas serán suficientes para evitar la cuarta guerra entre Israel y Hamas.
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