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En agosto, el máximo cuerpo islámico de Indonesia declaró oficialmente prohibida la vacuna contra el sarampión y la rubéola. Esto ha derivado en olas de contagios en todo el país, altos costos a la salud pública y otros problemas.
A pesar de las excepciones a la ordenanza religiosa permiten el uso de la vacuna en ausencia de alternativas adecuadas, millones de indonesios han seguido el espíritu de la decisión, causando que las tasas de inmunización contra distintas enfermedades -erradicadas en otros países- se desplomen y causen olas de contagios.
La proclamación religiosa, o fatwa, hecha por el Consejo de Ulama de Indonesia (MUI) no es de ninguna manera legalmente vinculante; el país es de mayoría musulmana pero la religión y el Estado están separados por ley. Sin embargo, la mayoría deciden seguir la ordenanza al pie de la letra y sin cuestionarla.
El sarampión y la rubéola están reapareciendo en distintas localidades de este país de 264 millones de habitantes, de los cuales el 99,25%, es creyente siendo el islamismo (con un 83,99%) la más profesada.
Las vacunas y las razones morales
Los movimientos contra las vacunas, a veces morales, a veces religiosos y en la mayoría de los casos meramente infundados y sin evidencia científica, no han ayudado a que los países erradiquen las enfermedades. Las autoridades sanitarias en las naciones musulmanas de todo el mundo se han visto obligadas a lidiar con la creciente desconfianza pública sobre la inmunización, lo que lleva a un aumento de las enfermedades prevenibles.
Bajo el estímulo del Plan de acción mundial de vacunación de la Organización Mundial de la Salud, las autoridades de salud de Indonesia han realizado un esfuerzo concertado para erradicar el sarampión y la rubéola, pero esto ha chocado con pared con las ordenanzas religiosas.
La preocupación principal es el uso de gelatina derivada de proteínas de cerdo como agente estabilizante en ciertas vacunas, un animal que la fe musulmana considera como inmundo.
Esto no es considerado como un problema grave por la mayoría de los grupos religiosos judíos e islámicos, especialmente cuando la salud pública está en juego, pero quienes siguen la fatwa de forma literal optan por no vacunarse. De hecho, el Comité Fatwa del estado de Terengganu, en Malasia, emitió su propia decisión que obliga a los musulmanes a vacunarse en 2016 causando discusiones y conflictos entre los creyentes de la localidad.
Indonesia tiene importantes obstáculos que superar para alcanzar objetivos tan ambiciosos. Una vacuna halal podría resolver el problema de una vez por todas, utilizando en su lugar gelatina derivada de la vaca. Tal vacuna aún requeriría años de pruebas y, en el mientras tanto, las enfermedades podrían propagarse y salirse de control.
1 comentario:
فضيحة كذب جديدة لإحدى الصفحات الصفراء:
ما هي تفاصيل وحقيقة تحريم دار الإفتاء الإندونيسية للقاح الحصبة والحصبة الألمانية MR؟
https://www.facebook.com/groups/Muslims.researchers/permalink/2231607687074465/
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