Aragón lleva ofertando desde el 2005 lo que la comunidad islámica insiste ahora en reclamar para La Rioja. Un profesor a tiempo completo y otro a tiempo parcial imparten clases de religión islámica a 400 alumnos en once centros (todos públicos) sólo en la provincia de Zaragoza, en función de un ratio fijado en un mínimo de 10 estudiantes para atender sus intereses. El maestro titular y también presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Aragón, Abd al Arrahman, es uno de los 17 profesionales que hace una década iniciaron un camino que ahora cuenta con 40 en toda España dependientes del Ministerio.
Un número «insuficiente», comenta para incidir en uno de los problemas con que topan, además de las trabas para elaborar un registro estricto. «De los 1.666 estudiantes que pidieron acudir a clases de islam sólo puede hacerlo una cuarta parte porque Educación dice carecer de presupuesto suficiente», señala. En lo estrictamente académico, subraya la «absoluta normalidad» con que se desarrolla la enseñanza durante la hora y media a la semana estipulada por ley. «Acaba mejorando la convivencia en los colegios, porque quienes acuden a religión católica o alternativa ven a sus compañeros como uno más que opta por otra cosa, igual que cuando juegan en el patio o van al comedor», dice para insistir: «No se está pidiendo nada distinto, sólo que se cumpla la ley como españoles que son ya la mayoría de los alumnos».
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