miércoles, 31 de diciembre de 2014

Vecinos piden que se cubra con redes la muralla islámica

VALENCIA,31/12/2014, .lasprovincias.es, P. MORENO


Los residentes alertan del mal estado de la antigua fortificación y proponen algún tipo de cubrimiento que evite la caída de más cascotes

Han pasado ya once años desde que se formó la plataforma de vecinos afectados por el plan de la muralla islámica, en el barrio del Carmen. Pedían una inversión pública que levantara una zona degradada y atrajera nuevos residentes. Ahora, su principal reivindicación es que se coloquen redes y cualquier cubrimiento para proteger los maltrechos restos de la fortificación de la Valencia musulmana.

Los últimos días de viento en el cap i casal han demostrado una vez más los problemas de estabilidad de los muros de la calle Salinas, así como de la muralla de la plaza del Ángel, entre otros lugares. El portavoz de la antigua plataforma, Josep Montesinos, destacó ayer que la parte de la fortificación que pasa por propiedades privadas está en buen estado de conservación, lo contrario de lo que ocurre con los espacios públicos, donde se produce una ruina creciente y casi inevitable.

«En las plantas bajas, en patios de vecinos, en los comercios, la muralla está restaurada», subrayó. En la calle Salinas, donde se han producido los últimos desprendimientos, los restos están rodeados por un solar, en una zona donde hay varios edificios pendientes de reforma.

Lo mismo ocurre en la plaza del Ángel, donde la asociación de vecinos del Carmen intentó hace años el experimento de crear un jardín mantenido por los residentes. Aquello funcionó poco tiempo y después pasó a ser almacén de materiales de una finca cercana en obras.

La calle En Borrás, la plaza del Ángel y otros ramales menores que se dirigen hacia la calle Serranos y la calle Caballeros, fueron reurbanizados hace más de un año, aunque esa inversión pública no ha conseguido más que tímidos avances en la ocupación de las fincas.

La muralla procede del siglo XI, cuando la Valencia musulmana pasó a ser una taifa. Disponía de siete puertas y la evolución reciente de la ciudad ha motivado que algunos edificios de viviendas aprovechen los restos de la fortificación.

Zonas como la plaza de Beneyto y Coll están ya cubiertas de pintadas, incluidos los bancos colocados con la reurbanización. «Hasta zócalos de piedra antigua están pintados de azul, no se respeta nada», indicó el dirigente vecinal.

El problema es que la intervención pública está paralizada por falta de financiación. Además, algunos solares están pendientes de expropiación para equipamientos públicos. Uno de estos proyectos afectará curiosamente al último taller artesanal del barrio.

No en vano, el origen de la plataforma vecinal fue el primer proyecto planteado por la Generalitat, que incidía demasiado para los residentes en derribos y expropiaciones. Tras una reforma del plan, la crisis económica ha dejado a medio hacer esta parte del Carmen. Se trata de una zona aislada por los ejes de Serranos y Caballeros, donde la reurbanización llegó muchos años antes, lo que facilitó la apertura de comercios y la rehabilitación de edificios de viviendas.

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