Berlín,22/12/2014,dw.de
La marcha de PEGIDA en Dresde congregó a 15.000 personas el 15 de diciembre.
La clase política alemana está indecisa sobre cómo responder al movimiento xenófobo Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (PEGIDA), que volverá a marchar este 22 de diciembre en Dresde, Bonn y Wurzburgo.
Los autoproclamados Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (PEGIDA, sus siglas en alemán), un movimiento islamófobo que viene tomando las calles de varias urbes germanas desde hace varias semanas, volverán a marchar este 22 de diciembre en Dresde, capital del Estado federado de Sajonia; Bonn, Renania del Norte-Westfalia; y en la localidad bávara de Wurzburgo.
El hecho de que la última manifestación de Dresde haya atraído a 15.000 personas preocupa a la clase política y ejerce presión sobre ella para que encuentre la manera de dialogar con los ciudadanos descontentos que asisten a las concentraciones de PEGIDA sin legitimar las consignas racistas y xenofóbicas que se articulan durante las marchas ni reconocer a las fuerzas de ultraderecha en el seno de ese movimiento.
El ministro de Interiores del Land de Baja Sajonia, el socialdemócrata Boris Pistorius, sostiene que el creciente número de ciudadanos que participan en las manifestaciones de PEGIDA no se debe a la intensificación de la islamofobia, sino al temor de muchos a quedarse sin empleo y a tener menos dinero a final de mes. Este es uno de los prejuicios proyectados sobre los refugiados que han recibido y recibirán asilo en Alemania.
¿Libertad de opinión?
“Es eso lo que debemos debatir y no la supuesta ‘islamización’ del país”, agregó Pistorius. El ministro alemán de Desarrollo, el socialcristiano Gerd Müller, recomendó dejarle claro a los manifestantes de PEGIDA que los refugiados no son musulmanes extremistas ni inmigrantes que huyen de las crisis económicas en sus países, sino víctimas de guerra que han sido torturadas y traumatizadas.
Recurriendo a una metáfora cristiana, Müller comparó la situación de los refugiados de hoy con la de la Virgen María y José, “a quienes no se les dio acogida a pesar de que tocaron muchas puertas”. El presidente del Comité Central de los Católicos Alemanes, el político socialcristiano Alois Glück, propone que se dialogue sin condescendencia con los simpatizantes de PEGIDA y se les pregunte qué entienden por “islamización”.
El presidente del Centro Federal de Educación Política, Thomas Krüger, ve la situación desde otra perspectiva. A su juicio, lo que los manifestantes de PEGIDA describen como “libertad de opinión” es sumamente preocupante porque demuestra que tienen una comprensión deficitaria sobre lo que es la democracia. Krüger cree que sería contraproducente que el Gobierno estableciera una mesa redonda para dialogar con PEGIDA.
Judíos contra la islamofobia
“En este momento, lo que uno puede deducir de los pronunciamientos de PEGIDA es que la clase política debe aceptar lo que ese movimiento pide. Esa es una postura muy problemática”, explicó Krüger. “Cuando un grupo quiere imponer sus intereses y subordinar los intereses de otros a los suyos estamos ante una postura chovinista”, agregó el presidente del Centro Federal de Educación Política.
El sábado pasado (20.12.2014), la comunidad judía de Alemania salió en defensa de los musulmanes ante las recientes manifestaciones islamófobas que congregaron a miles de personas en el país. Las marchas de PEGIDA “instrumentalizan el miedo al terrorismo islamista” para insultar a toda una religión, señaló el jefe del Consejo Central de los Judíos Alemanes, Josef Schuster, al diario Die Welt.
Que los manifestantes de PEGIDA vean al Islam como una amenaza para Alemania sólo por la presencia de unos pocos islamistas “es tan absurdo como si nosotros concluyéramos que la existencia de ultraderechistas indica que mañana se volverá a instituir la dictadura nazi”, acotó Schuster, describiendo a PEGIDA como un movimiento “extremadamente peligroso”.
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