Los residentes en el pueblo de Sineu que profesan la religión musulmana ya disponen de una modesta mezquita para practicar sus oraciones. Se trata de un antiguo local que hace un tiempo ejercía de tienda de baldosas, situado en la salida de Sineu en dirección a Inca por la carretera vieja, a muy poca distancia de la carpa de circo que de forma permanente está instalada en la localidad del Pla.
La población musulmana que reside en el municipio de Sineu no es muy significativa en proporción al resto de habitantes, por lo que las dimensiones del local utilizado para rezar, en principio, son suficientes. Una comunidad, mayoritariamente de origen marroquí, cuyo proceso de integración avanza a dos velocidades diferentes: la de los mayores, muy lenta o inexistente en muchos casos, y la de los niños, más rápida gracias a una escolarización en catalán que permite a los más pequeños entenderse a la perfección con el resto de compañeros y, de paso, enseñar la lengua propia de las islas a sus padres. Y es que en los pueblos más pequeños, el uso del catalán de Mallorca es fundamental para superar las barreras culturales.
La localidad cuenta con un grupo de consumo muy activo
Desde hace algunos meses, Sineu cuenta con un grupo de consumo integrado por residentes, sineuers o no, que se reúnen de forma periódica para organizar compras y distribuir el género entre los miembros. El objetivo es el de constituir una alternativa local al consumo tradicional dominado por la intervención de las grandes multinacionales de la alimentación, con la premisa de que los consumidores organizados tienen un poder mucho mayor del que parece a simple vista y de que modificar las relaciones entre productor y consumidor es un paso importante para empezar a cambiar la sociedad. El grupo centra su actividad en los productos de proximidad (producidos en el mismo municipio o en el entorno) de elaboración ecológica y en el trato directo con el productor.
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