Guadalajara,10/02/2009,lacronica.net,J. Barrio / A. González
Imagen del exterior de la mezquita
Se encuentra ubicada en la calle Cervantes, próxima a la plazuela de Don Pedro, a escasos metros del Ayuntaiento. La pasada semana comenzó a recibir a los primeros fieles en su interior.
La comunidad musulmana residente en la capital alcarreña cuenta desde la pasada semana con un nuevo local destinado a la oración. Se trata de la mezquita de la calle Cervantes, en el centro de Guadalajara. Las instalaciones están ubicadas en los bajos de un edificio donde durante la pasada campaña de Navidad aún estaba abierto un comercio de “todo a cien”, de efímera actividad.
La comunidad musulmana en Guadalajara está cada vez más consolidada, como consecuencia directa de la inmigración procedente del norte y centro de África. Este hecho supone que los seguidores del Islam hayan tenido que buscarse un lugar más grande donde poder reunirse y orar con más amplitud que hasta la fecha. Así lo ha confirmado a LA CRÓNICA DE GUADALAJARA Mimoum, uno de los responsables de la Mezquita de la calle Cervantes.
La mezquita tiene una superficie de en torno a 150 metros cuadrados repartidos entre varias estancias: un vestíbulo para depositar los zapatos, una amplía sala de oración donde practicar el culto y la planta baja, donde están habilitados los baños.
Precisamente, los baños cobran una importancia singular dentro de las mezquitas, ya que se impone la norma de lavarse antes de cada rezo. El paso por los aseos adopta forma de ritual, ya que están perfectamente detalladas las zonas del cuerpo que deben lavarse y el orden en que hay que hacerlo.
Una mezquita "itinerante"
Hasta encontrar esta nueva ubicación, la mezquita ha pasado por distintos locales ubicados en las calles Méjico y Perú. A este su actual emplazamiento le falta algún retoque para presentar el aspecto que buscan sus responsables. Por ello, será normal ver actividad extraordinaria en el local hasta la finalización de las obras
Según recuerda Mimoun para LA CRÓNICA DE GUADALAJARA, los musulmanes rezan cinco oraciones diariamente y cada oración no dura más que unos cuantos minutos en ser realizada. Sin embargo, cuando más concentración de personas puede haber (unas 300, aproximadamente) es el viernes, el día santo del Islam, cuando tiene lugar el rezo Jumu'ah, similar a un servicio de iglesia del domingo "y que es obligatorio en cada hombre que es capaz de asistir", advierte Mimoum.
Precisamente, como explica este responsable, en la mezquita quieren mantener una buena convivencia con los vecinos. Por ello, a la entrada del local hay carteles, en árabe y castellano, advirtiendo que “no se permite deparar (sic) en la puerta de la mezquita”, buscando evitar, de esta forma, concentraciones eventualmente molestas a la entrada o a la salida de los oficios religiosos.
Sin obstáculos legales
Abrir una mezquita en Guadalajara no entraña mayores complicaciones burocráticas o administrativas. Bajo el amparo de la Ley de Libertad Religiosa y ante la falta de una legislación municipal específica, los locales religiosos de nueva apertura sólo tienen que cumplir, a lo sumo, con la normativa autonómica de accesibilidad y guardar unas mínimas normas de seguridad.
El que esto sea así no evita necesariamente que se produzcan ocasionales problemas. Por ejemplo, este mismo lunes volvía a ser noticia la comunidad paquistaní de Badalona, que intenta sin éxito abrir una nueva mezquita; en ese municipio, al igual que en Guadalajara, no hay mayores requisitos que el de la seguridad del local, pero la oposición vecinal es manifiesta. Más complicada aún es la situación en el barrio del Raval de Barcelona, cuyos vecinos más antiguos creen que se ha producido a lo largo de los años una excesiva proliferación de mezquitas y se oponen a las mismas.
Como contrapunto, en 2007 fue notable el caso del jugador de fútbol Kanouté, quien compró el local para abrir una mezquita en Sevilla, abonando de su bolsillo los 500.000 euros necesarios.
Islam España es el portal del islam en lengua española , un proyecto de futuro para la convivencia,la cooperación y el diálogo.
Imagen del exterior de la mezquita
Se encuentra ubicada en la calle Cervantes, próxima a la plazuela de Don Pedro, a escasos metros del Ayuntaiento. La pasada semana comenzó a recibir a los primeros fieles en su interior.
La comunidad musulmana residente en la capital alcarreña cuenta desde la pasada semana con un nuevo local destinado a la oración. Se trata de la mezquita de la calle Cervantes, en el centro de Guadalajara. Las instalaciones están ubicadas en los bajos de un edificio donde durante la pasada campaña de Navidad aún estaba abierto un comercio de “todo a cien”, de efímera actividad.
La comunidad musulmana en Guadalajara está cada vez más consolidada, como consecuencia directa de la inmigración procedente del norte y centro de África. Este hecho supone que los seguidores del Islam hayan tenido que buscarse un lugar más grande donde poder reunirse y orar con más amplitud que hasta la fecha. Así lo ha confirmado a LA CRÓNICA DE GUADALAJARA Mimoum, uno de los responsables de la Mezquita de la calle Cervantes.
La mezquita tiene una superficie de en torno a 150 metros cuadrados repartidos entre varias estancias: un vestíbulo para depositar los zapatos, una amplía sala de oración donde practicar el culto y la planta baja, donde están habilitados los baños.
Precisamente, los baños cobran una importancia singular dentro de las mezquitas, ya que se impone la norma de lavarse antes de cada rezo. El paso por los aseos adopta forma de ritual, ya que están perfectamente detalladas las zonas del cuerpo que deben lavarse y el orden en que hay que hacerlo.
Una mezquita "itinerante"
Hasta encontrar esta nueva ubicación, la mezquita ha pasado por distintos locales ubicados en las calles Méjico y Perú. A este su actual emplazamiento le falta algún retoque para presentar el aspecto que buscan sus responsables. Por ello, será normal ver actividad extraordinaria en el local hasta la finalización de las obras
Según recuerda Mimoun para LA CRÓNICA DE GUADALAJARA, los musulmanes rezan cinco oraciones diariamente y cada oración no dura más que unos cuantos minutos en ser realizada. Sin embargo, cuando más concentración de personas puede haber (unas 300, aproximadamente) es el viernes, el día santo del Islam, cuando tiene lugar el rezo Jumu'ah, similar a un servicio de iglesia del domingo "y que es obligatorio en cada hombre que es capaz de asistir", advierte Mimoum.
Precisamente, como explica este responsable, en la mezquita quieren mantener una buena convivencia con los vecinos. Por ello, a la entrada del local hay carteles, en árabe y castellano, advirtiendo que “no se permite deparar (sic) en la puerta de la mezquita”, buscando evitar, de esta forma, concentraciones eventualmente molestas a la entrada o a la salida de los oficios religiosos.
Sin obstáculos legales
Abrir una mezquita en Guadalajara no entraña mayores complicaciones burocráticas o administrativas. Bajo el amparo de la Ley de Libertad Religiosa y ante la falta de una legislación municipal específica, los locales religiosos de nueva apertura sólo tienen que cumplir, a lo sumo, con la normativa autonómica de accesibilidad y guardar unas mínimas normas de seguridad.
El que esto sea así no evita necesariamente que se produzcan ocasionales problemas. Por ejemplo, este mismo lunes volvía a ser noticia la comunidad paquistaní de Badalona, que intenta sin éxito abrir una nueva mezquita; en ese municipio, al igual que en Guadalajara, no hay mayores requisitos que el de la seguridad del local, pero la oposición vecinal es manifiesta. Más complicada aún es la situación en el barrio del Raval de Barcelona, cuyos vecinos más antiguos creen que se ha producido a lo largo de los años una excesiva proliferación de mezquitas y se oponen a las mismas.
Como contrapunto, en 2007 fue notable el caso del jugador de fútbol Kanouté, quien compró el local para abrir una mezquita en Sevilla, abonando de su bolsillo los 500.000 euros necesarios.
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