El Parlamento gallego debate esta semana una propuesta para crearlos.
En uno de los acantilados que se levantan en el entorno de la coruñesa Torre de Hércules, cerca del campo de los Menhires, hay una pequeña fortaleza con pintadas en sus muros. Es el cementerio musulmán, pero hace mucho tiempo que sus puertas no se abren para oficiar un enterramiento. «Lo que suele hacer la gente cuando muere alguien de nuestra comunidad es repatriar el cadáver hasta el país de origen o llevarlo a Madrid para ser enterrado en el cementerio que hay en la carretera de Toledo». El presidente de la comunidad musulmana en Galicia, Mustafa Alendi, describe el camino que han de hacer los 16.500 musulmanes que hay censados en Galicia para poder despedir y enterrar a sus muertos en tierra sagrada y acorde a los preceptos del Corán.
Alendi hace cuentas. Puede salir por unos 7.000 euros cada entierro entre el entierro y el traslado a Madrid. Una cantidad parecida es la que han de desembolsar los 300 judíos que hay en Galicia, tal y como estima el secretario de la Comunidad Judía Bnei Israel, Asaf Fernández. Porque ellos tienen el mismo problema que los musulmanes. No tienen un lugar sagrado en la comunidad gallega para dar sepultura a los suyos. «Tenemos que ir a Madrid, Andalucía, Barcelona y los que tienen doble nacionalidad pueden ir a Israel. Pero para eso hay que tener dinero. Los que no lo tienen han de enterrarse en un cementerio municipal», explica este judío de Ponteareas afincado desde hace años en A Coruña.
Aunque el precio del entierro y el transporte varía en función del tipo de féretro o de los extras que disponga cada familia, el coste medio para hacerlo en un camposanto musulmán o judío duplica el de un entierro cristiano o civil. «Para trasladarlos la ley manda que vayan en un saco estanco, que ya puede sumar unos 300 euros más, luego hay que poner caja para traslado, en el caso de que el entierro sea más de 48 horas después de la muerte también hay que hacer un tratamiento de conservación y luego están los kilómetros. Son de media en torno a 1,1 euros por kilómetros», calculan fuentes de una funeraria de Xinzo, concello ourensano donde hay una importante comunidad musulmana.Por eso, ambas comunidades (musulmana y judía) han hecho tanta fuerza para lograr que hagan, al menos un camposanto en Galicia para cada una de estas religiones. Están a un paso de lograrlo porque esta semana el Parlamento debatirá una propuesta al respecto presentada por el PP.Allí estarán ellos para ver qué pasa. Pero como dice Alendi: «Somos gallegos como cualquier otro».La elaboración de la norma requiere la colaboración de la Fegamp. Su presidente, Alfredo García, que dijo haberse enterado por la prensa, aplaude la idea pero recuerda que su articulación debe de ir a acompañada de un apoyo económico por parte de otras administraciones.
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