Logroño, 25 enero 2015, larioja.com, LUIS JAVIER RUIZ
La comunidad musulmana riojana llora los ataques de París y recuerda que su objetivo es convivir en pa «Prefiero que se opine y me ofendan a que se recorte la libertad de expresión», dice Tarik Azouau, líder de la Unión de Comunidades Islámicas en La Rioja
Hay una imagen que representa a la perfección qué es y, sobre todo, qué no es el Islam. En el frío asfalto de las calles de París un policía herido se mueve ralentizado por el dolor y levanta la mano pidiendo ayuda, pidiendo clemencia. Hacia él se dirige, kalashnikov en mano, uno de los hermanos Kouachi. No le tiembla el pulso. Acerca el cañón del arma a la cabeza del agente y dispara. Ejecutado en el corazón de Europa.
El silogismo ha sido inmediato. Asesinato. Terrorismo islámico. Musulmán. Y de ese proceso deductivo se ha pasado a otro más peligroso: el intento de escenificación en las calles. Grupos de extrema derecha y vinculados a movimientos neonazis convocaron manifestaciones contra el Islam bajo un argumento que hiede a intolerancia y racismo: «Denunciar públicamente la presencia del Islam en España y Europa, que supone una auténtica invasión a la cristiandad». Fueron prohibidas.
El agente de policía ejecutado frente a la sede de Charlie Hebdo se llamaba Ahmed Merabet. Era musulmán. ¿Las dos caras del Islam? No. El Islam no tiene dos caras, defiende Tarik Azouau Tajja (Nador, Marruecos, 1981), presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de La Rioja (UCI). «Son mercenarios». Al Qaeda y el Estado Islámico -«estado terrorista, no islámico», corrige Tarik- «no saben qué es el Islam», completa Ghulam Mujtba (Gujrat, Pakistán, 1984), imán de la mezquita de la calle Manzanera de Logroño. Los dos, como Sukaina El Ouardi (Tetuán, Marruecos, 1990) y Jesús Mohamed Del Rincón (Crespos, Ávila, 1955) son musulmanes. Los cuatro, como la inmensa mayoría de la comunidad musulmana de La Rioja, condenan radicalmente los atentados. «Quien no condene tendría que ir a la cárcel por apología del terrorismo. No puede haber un doble discurso. Los que escuchan esos mensajes son nuestros jóvenes», sentencia Tarik, que asume que quizá no todos los imanes hayan condenado el ataque.
Las preguntas son muchas. ¿Es el Islam una religión violenta? ¿Qué papel juegan los imanes? ¿Se hace proselitismo del terrorismo en mezquitas, en madrasas? ¿Por qué una caricatura desencadena tal barbarie? ¿Hay sectores radicalizados en la comunidad musulmana riojana? ¿No tiene cabida el sentido del humor en el Islam? «Dispara», dice Tarik, dando por contestada la última duda.
El punto de partida debe ser comprender qué es el Islam. Es una religión monoteísta que se basa en el Corán y sus fieles creen en Alá y en el profeta Mahoma. Sin un líder supremo -sin una figura similar al Papa católico-, se organizan en comunidades (más de 1.000 en España) conducidas por un imán, el encargado de dirigir la oración y que los viernes traslada su jutba (sermón) a los fieles.
¿Cómo piensa el Islam riojano?
Tarik Azouau Presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de La Rioja
Quien no condene tendría que ir a la cárcel por apología del terrorismo. No puede haber un doble discurso»
Su propia estructura abre las puertas a múltiples interpretaciones, a mensajes divergentes. «En España carecemos de una referencia religiosa que determine las líneas generales del Islam», dice Tarik apuntando un problema: «Al no haber un discurso islámico local dependemos de las 'exportaciones'». Esto se traduce en imanes extranjeros con discursos 'válidos' en Oriente Medio pero desubicados en Europa. El ejemplo más claro es la corriente wahhabita (Arabia Saudí) y su rigor en la aplicación de la sharia. Precisamente, Arabia Saudí y Kuwait financian la nueva mezquita de la calle Madre de Dios. «Esa mezcla de discursos tiene su fruto», lamenta recordando la influencia que puede tener en los jóvenes. También aporta la solución: «Los musulmanes españoles son los legitimados para liderar el Islam en España. El Estado debe tener una política de integración clara, de apoyo a nuestras organizaciones. No quiero que mis hijas acaben en un grupo terrorista». Sin una línea política clara los guetos crecieron en las afueras de París, en donde se criaron los hermanos Kouachi. ¿Hay un gueto en Logroño? «Los pobres normalmente se juntan, disfrutan más de la vida... pero a largo plazo puede haber efectos negativos», reflexiona Tarik.
Una religión pacífica
Más allá de la influencia, de las interpretaciones más progresistas, moderadas o radicales que hagan los imanes desde su minbar «el Islam no es una religión violenta. El Corán dice que si matas a una persona matas a toda la humanidad. Quien usa la violencia en nombre del Islam no sabe qué es el Islam». Lo dice el imán de la mezquita de la calle Manzanera, Ghulam Mujtba. «No hay que vincular ninguna religión a un acto terrorista», dice antes de forzar en el ejemplo: «ETA mató a mucha gente y no se vinculó su religión». «Los extremistas son una mínima minoría. Quienes hacen esa lectura tan literal son una minoría, son el gran problema del Islam», explica Tarik.
Ghulam, como imán, asume su responsabilidad: «Mi papel no es llamar a la violencia. Tengo que dar un mensaje positivo. Nuestra responsabilidad es enseñar el mejor camino a nuestros jóvenes. Tenemos que convivir y respetar las normas». «El modelo de radicalización ya no está en las mezquitas, está en las redes sociales», advierte Tarik.
Ghulam (izquierda, y SukainaJesús Mohamed, (arriba), Ghulam (izquierda, y SukainaJesús Mohamed, (arriba), Ghulam (izquierda, y Sukaina
Jesús Mohamed del Rincón también es imán. Nació en Ávila y dirige la comunidad de Murillo. «No hay excusas», dice al recordar lo que pasó en París. «Es la actitud de un enfermo, de un loco. Es una locura ir a matar por matar. El Islam busca la paz, la convivencia. Ellos están fuera. No son musulmanes». ¿Son compatibles Islam, Occidente y democracia? «El Islam no necesita un sistema democrático», explica Del Rincón recordando que va más allá de lo espiritual para «abarcar todos los aspectos y comportamientos de la vida». Que no lo necesite, dice Del Rincón,
no significa que no se acople y someta a su
autoridad. «Es una filosofía de vida», agrega Sukaina El Ouardi desde San Adrián. «Trata todas las facetas: espiritual, económica... Reivindica la paz».
no significa que no se acople y someta a su
autoridad. «Es una filosofía de vida», agrega Sukaina El Ouardi desde San Adrián. «Trata todas las facetas: espiritual, económica... Reivindica la paz».
Si ha llegado hasta aquí, hágase una pregunta. ¿Qué es la yihad? ¿Y la sharia? ¿Y una madrasa? Probablemente en todas sus respuestas habrá una vinculación con el terrorismo. Se equivoca. Yihad es esfuerzo; sharia, ley basada en el Islam; madrasa, colegio islámico, no un centro de formación de integristas. Otra cosa son las interpretaciones literales del Corán. «Se refiere a hechos concretos de una época concreta. No dice que le cortes la mano al que roba, le tienes que dar de comer para que no robe. Cortar la mano era un castigo de hace siglos. Ahora hay leyes, hay cárceles...», explica Tarik mientras Sukaina lamenta la perversión que se ha hecho del término yihad.
"Me siento muy ofendida"
"¿Es necesario dibujar a Mahoma?" se pregunta el imán de la calle Beratúa / Justo Rodriguez
¿Tan ofensiva resulta una caricatura de Mahoma para un musulmán? Sí. No hay medias tintas. «Me siento muy ofendida», dice Sukaina... Otra cosa es que estén dispuestos a coger un kalashnikov. También defienden la libertad de expresión. Con matices. Ghulam Mujtba dice que hay que respetarlo... pero que quizá no es necesario dibujar a Mahoma. «Nos tenemos que respetar unos a otros». En la misma línea Sukaina dice que los límites deben ser iguales para todos y no apelar a esa libertad sólo cuando se habla del Islam. También Tarik señala que la convivencia mejoraría con ciertos límites. Los justos: «Prefiero que se opine y que me ofenda a que se restrinja la libertad de expresión». El Islam también es compatible con el humor. «El Corán habla del buen humor del profeta... sorprende el carácter de nuestros imanes y dirigentes», dice Tarik.
Visto así, las diferencias con otras religiones no son tantas. «Matices», dice Tarik. Entonces, cuándo desaparecerá el problema del terrorismo en nombre del Islam. «Yo no lo veré. Yo trabajo para que lo vean mis hijas». Tarik es pesimista. «¿Quién pagó esas armas? Sabemos dónde están los responsables pero como tenemos contratos de alta velocidad, de petróleo...».
Desde los atentados las cosas no han cambiado para los musulmanes riojanos. Son unos 12.000 (menos del 4% de la población). No ha habido pintadas, insultos, miradas de rechazo, dicen. ¿Ha salido alguien de La Rioja hacia Siria? «No me lo dirían. Soy muy radical en eso, pero no nos consta».
Tarik, Jesús, Sukaina y Ghulam tienen trabajo por delante. Pero como le pasaba a Bill Murray en 'Atrapado en el tiempo' cada vez que ISIS aparece en la televisión tienen que empezar vez de cero: «Eso no es el Islam».
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