sábado, 7 de diciembre de 2013

La comunidad musulmana proyecta crear una mezquita en suelo propio

Aranda,07/12/2013,diariodeburgos.es,I.M.L.


Ha comprado un solar de 1.700 metros cuadrados en una parcela dotacional en el barrio de Santa Catalina para poder cubrir sus necesidades de espacio para desarrollar sus actividades

La comunidad musulmana en la capital ribereña, que está conformada por ciudadanos de Marruecos, Argel, Mali y Senegal, y que supera el medio millar de personas, está proyectando la construcción de una mezquita para poder responder a las necesidades de espacio que sufren en la actualidad. El primer paso que han dado ha sido comprar un terreno, en el barrio de Santa Catalina, en el entorno de lo que fue el convento de las Madres Bernardas, con una extensión de 1.700 metros cuadrados.

Esta finca está considerada como terreno rústico pero calificada como dotacional, por lo que no habría ningún impedimento para construir el edificio religioso. «Es un terreno rústico pero tenemos la confirmación por parte del Ayuntamiento que es de ámbito dotacional, por lo que sí se puede construir una mezquita», explica Hassan El Bouchti, presidente de la Comunidad Musulmana ‘El Farouq’. En cuanto al inicio de la construcción, El Bouchti no puede fijar una fecha porque antes deben terminar con los trámites de la adquisición. «Nos gustaría empezar cuando antes, pero primero tenemos que pagar el terreno, tenemos un contrato de dos años para pagarlo, hay de plazo hasta 2015 y lo estamos pagando con donaciones de la gente», aclara.

Actualmente, los musulmanes se reúnen en la mezquita que han acondicionado en un local con entrada por la calle San Lázaro, en el que están de alquiler y que se ha quedado muy pequeño para sus necesidades de espacio. «En este local, de 120 metros cuadrados, no tenemos siquiera zona para mujeres porque es bastante pequeño y no tenemos más que el rellano, donde guardamos los zapatos, una cocina pequeña y los baños donde nos lavamos antes de rezar, entonces nos quedan 90 metros útiles para el rezo», asegura el presidente local de los musulmanes.

Después de los problemas iniciales que surgieron con los vecinos, que llegaron incluso a conseguir que se cerrase la mezquita durante dos meses con una recogida de firmas, ahora tienen el local insonorizado y acondicionado para su utilidad y han cesado las medidas de presión y las conductas xenófobas hacia ellos.

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