El Banco Mundial (BM) ha ofrecido al Gobierno de Birmania (Myanmar) 100 millones de dólares (85,3 millones de euros) para proyectos de desarrollo en el estado de Rakáin, sacudido por una ola de violencia el año pasado que llevó a más de 700.000 rohinyás a escapar a la vecina Bangladesh.
El ofrecimiento se hizo durante la visita de tres días que ha efectuado al país asiático la vicepresidenta para Asia Oriental y el Pacífico del BM, Victoria Kwakwa, según un comunicado del organismo internacional emitido al término de la visita.
El dinero financiaría proyectos en Rakáin (Rakhine) que creen puestos de trabajo, que impulsen la pequeña y mediana empresa y que ofrezcan servicios básicos a todas la comunidades, incluidas los miembros de la minoría rohinyá que escaparon a Bangladesh cuando puedan regresar a sus lugares de origen.
El BM "apoya, en colaboración con las Naciones Unidas y otros socios, la creación de las condiciones para el regreso seguro, voluntario y digno de los refugiados", según la nota oficial. Kwakwa se entrevistó durante la visita con autoridades, diplomáticos y representantes de agencias internacionales.
En su reunión con la jefa de facto del Gobierno birmano, la premio Nobel de la paz Aung San Suu Kyi, ambas coincidieron en la importancia de establecer paz y ofrecer seguridad a la población como fundamento para el desarrollo sostenible y participativo de todas las comunidades birmanas, según la nota oficial.
Hace dos días, la relatora de la ONU para los derechos humanos en Birmania, Yanghee Lee, advirtió en Bangladesh de que el retorno de los refugiados rohinyás -a los que Birmania considera apátridas- se demorará. "No van a ser repatriados a Myanmar en ningún momento en un futuro próximo. ¿Por qué? Porque la situación en Myanmar no es favorable", admitió Lee en rueda de prensa, en la que presentó las conclusiones preliminares de sus visitas a Birmania y Bangladesh.
Birmania y Bangladesh firmaron en noviembre de 2017 un acuerdo para la repatriación de miembros de la minoría rohinyá acogidos en los campamentos de refugiados bangladeshíes, que debía haber comenzado en enero de este año. La ONU firmó además con Birmania el pasado junio un acuerdo para allanar el camino para que sean reconocidos los derechos de esta comunidad, que las autoridades birmanas consideran inmigrantes bangladeshíes.
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