domingo, 7 de enero de 2018

Alertan de las consecuencias del sentimiento de discriminación de los jóvenes de origen musulmán

Madrid,07 ENE. 2018,elmundo.es,DANIEL MARTÍN


Ofrendas florales y homenajes ciudadanos nocturnos en le punto 0 del atentado del pasado jueves en la Ramblas. Santi Cogolludo

La Fundación Ortega y Gasset destaca las dificultades de integración de los jóvenes españoles de origen musulmán
Se ha hecho un muestreo entre 7.000 alumnos de Madrid y Barcelona hijos de inmigrantes

Muchos de los atentados yihadistas cometidos en suelo europeo son perpetrados por inmigrantes de segunda generación. En España, tenemos el caso de los de Barcelona y Cambrils, el pasado 17 de agosto, ejecutados por los terroristas Younes, Moussa, Said y Mohammed, que produjeron una situación de sorpresa y estupefacción por parte de quienes los conocían. Ésta se podría resumir en aquel «eran niños como todos» que dejó escrito en una carta que se hizo viral una educadora de Ripoll tras los ataques. Todos eran españoles, llevaban vidas aparentemente normales y su radicalización se produjo rápidamente.

 ¿Qué pudo llevarlos a pasar de ser personas teóricamente integradas a asesinar en nombre de Alá?Un estudio publicado recientemente en el que ha participado la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón sostiene que «los jóvenes de origen marroquí y otros de ascendencia islámica deben ser sujetos de mayor atención por las autoridades y por la sociedad en general para impedir que su identificación religiosa genere actitudes reactivas de oposición y receptividad a ideologías radicales». 

Muestreo de 7.000 alumnosEl estudio, llamado Investigación longitudinal de la segunda generación en España, ofrece un muestreo de 7.000 alumnos de Madrid y Barcelona, hijos de inmigrantes de diversa procedencia y religión, pero también de padres españoles. Las entrevistas fueron realizadas desde 2006, cuando los alumnos tenían 10 años, hasta 2016, ya con 20 años.Los resultados revelan datos como que el 15% de los hijos de musulmanes nacidos en España, o en otro lugar pero que viven en nuestro país desde niños, tiene dificultades para integrarse. 

La investigación considera que, aunque la muestra «arroja resultados generalmente positivos, indicando un marcado proceso de convergencia entre la segunda generación y los jóvenes españoles de la misma edad», la no integración de esa minoría «puede conllevar resultados trágicos». Y es que el informe incide en que si el 40% del conjunto de los encuestados declaró no tener ninguna religión, «un uniforme abandono de las creencias religiosas», los hijos de los inmigrantes «tienden a retenerlas con mayor frecuencia», algo que ocurre, «en particular, entre los musulmanes», que representan el 8,7% de la muestra.Experiencias de discriminación. Son estos últimos sobre los que hay, según el estudio, un «significativo efecto del origen musulmán en las experiencias de discriminación». Como indica a este diario Rosa Aparicio, de la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón, «la religión y la cultura» son algunos de los elementos de discriminación que destacan los jóvenes marroquíes. 

Un 20% de los alumnos encuestados dice haberse sentido discriminado, aunque sólo el 7% lo ha sido de manera regular o frecuente, algo que no varía en función del sexo o el origen nacional, por lo que «los hijos de padres españoles dicen haberse sentido discriminados con igual frecuencia que los hijos de inmigrantes. 

Cuestionados sobre si los españoles discriminan, el 40% de los encuestados lo respondió afirmativamente, por lo que la discrepancia entre las experiencias vividas y la percepción generalizada en el país respondería a «lo que los psicólogos sociales llaman ignorancia pluralista».En lo que se refiere a identificación nacional con España, los musulmanes, no son, por el contrario los que mayor divergencia presentan. «Curiosamente no- asevera Aparicio-. En lógica debería ser, pero los marroquíes, por ejemplo, no se identifican menos. Incluso lo hacen más, no sé si por compensación, pero enseguida se sienten españoles. 

La realidad es que los latinoamericanos son los que menos se identifican como españoles. Las diferencias en todo caso son pequeñas».

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