Bissonnette, de 29 años, podrá solicitar la libertad condicional cuando tenga 67 años porque ya ha cumplido dos años de su condena. (ARCHIVO)
Alexandre Bissonnette, autor de la matanza de una mezquita de la ciudad de Quebec en enero de 2017 que causó seis muertos y seis heridos, fue condenado este viernes a cadena perpetua sin posibilidad de obtener la libertad bajo fianza en al menos 40 años.
Bissonnette, de 29 años, podrá solicitar la libertad condicional cuando tenga 67 años porque ya ha cumplido dos años de su condena.
La sentencia fue leída hoy en la ciudad de Quebec por el juez Francois Huot quien señaló que la matanza fue cometida por "el odio visceral contra los inmigrantes musulmanes" de Bissonnette.
La descripción de la matanza efectuada por Huot provocó que varias mujeres que asistían a la vista judicial abandonasen el tribunal en lágrimas.
El juez, que tardó más de cuatro horas en leer la sentencia, también argumentó que consideraba que impedir que Bissonnette solicite la libertad condicional en más de 50 años, como quería la Fiscalía, era anticonstitucional por ser una medida "cruel".
Pero Huot también declaró que el límite de 25 años solicitado por el abogado de Bissonnette era demasiado corto para un crimen tan horroroso, que fue presenciado por cuatro niños que estaban en la mezquita durante la masacre.
En la noche del 29 de enero de 2017, Bissonnette, un estudiante de Antropología y Ciencias Políticas de la Universidad de Laval, en Quebec, acudió al Centro Cultural Islámico de la ciudad y empezó a disparar de forma "metódica y profesional" contra las personas que se encontraban en su interior.
Según las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la mezquita, Bissonnette recargó en cuatro ocasiones su arma para continuar disparando, en algunos casos rematando en el suelo a individuos a los que ya había herido.
Los seis fallecidos fueron Khaled Belkacemi, Abdelkrim Hassane, Aboubaker Thabti, Mamadou Tabou Barry, Ibrahima Barry y Azzedine Soufiane.
Tras su arresto, las autoridades canadienses calificaron la masacre como un ataque terrorista y se supo que Bissonnette estaba fascinado por la ideología de extrema derecha antinmigrante y con el presidente estadounidense, Donald Trump.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, asistió a los funerales de los asesinados, celebrados el 2 de febrero de 2017.
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