Manifestación contra el racismo y la exclusión en Berlín, el 13 de octubre de 2018. JOHN MACDOUGALL AFP
Decenas de miles de personas se manifiestan contra la campaña de difamación de la derecha en Alemania para generar odio, según los organizadores
"Por una sociedad abierta y libre, solidaridad en lugar de exclusión". Bajo este lema decenas de miles de personas se han reunido este sábado por la tarde en Berlín —240.000 según los organizadores, algo más de 100.000 según la policía—, para denunciar el racismo y la intolerancia que ha regresado a Alemania, pero también para mostrar su apoyo y solidaridad a los inmigrantes y a todas las personas que se sienten maltratadas a causa de su origen.
Los participantes en la gran manifestación, que fue convocada por la alianza Unteilbar (Indivisible), demostraron durante la larga marcha que se inició en la Alexander Platz y culminó en la Columna de La Victoria, que las calles del país también pueden ser ocupadas por personas que defienden la tolerancia y rechazan el racismo, en abierto contraste con los ejemplos que han dado en las últimas semanas el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) y los grupos neonazis.
A lo largo de la marcha, que transcurrió sin incidentes y en medio de un ambiente festivo, los manifestantes mostraron con orgullo carteles en donde se podía leer: "El racismo no es una alternativa", "No al odio contra los musulmanes" y "Solidaridad con las víctimas de la violencia de la derecha, racista y antisemita".
"Me siento orgulloso y feliz de ver a tanta gente que desea mostrar una cara diferente de nuestro país", dijo Klaus Petersen, un médico de 40 años, que marchó acompañado de su esposa Inge. "Esta manifestación era necesaria porque muestra que en Alemania también hay mucha gente que defiende la tolerancia y es enemiga del racismo". "Hace varias semanas, la prensa internacional solo hablaba de Chemnitz y la caza de extranjeros. Ahora debería escribir sobre la otra cara de Alemania, un país tolerante, progresista y solidario", dijo Franziska Schmidt, una joven abogada de 30 años y militante de Los Verdes.
Klaus Petersen y Franziska Schmidt reconocen que decidieron participar en la manifestación después de leer una convocatoria en la página web del colectivo Unteilbar, donde denuncian el peligro latente al que está confrontado la sociedad alemana. "Estamos viviendo un cambio político dramático: el racismo y la discriminación llegan a ser socialmente aceptables. Lo que ayer se consideraba impensable e indecible, rápidamente ha llegado a ser realidad. La humanidad y los derechos humanos, la libertad de religión y el Estado de derecho son abiertamente atacados. Este es un ataque en contra de todos", han dicho.
En vísperas de la gran manifestación, que fue calificada como un gran éxito por Unteilbar, el ministro de Asuntos Exteriores, el socialdemócrata Heiko Maas, calificó de "extraordinario mensaje" el hecho de que tantas personas salgan a las calles a expresar su solidaridad. "No nos dejamos dividir, y mucho menos por los populistas de derechas", dijo el ministro en declaraciones al grupo de prensa Funke.
La gran manifestación de Berlín ha recibido también el apoyo de organizaciones como Amnistía Internacional, el Consejo Central de los Musulmanes, agrupaciones locales de ayuda a los refugiados y personalidades alemanas como el grupo de punk rock Die Ärzte, el cantante Herbert Grönemeyer, el actor Benno Fürmann y el humorista Jan Böhmermann. También se sumaron a la manifestación, además de los socialdemócratas, Los Verdes y la Izquierda, pero la CDU, el partido de la canciller Angela Merkel, no participó.
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