Están contentos con la educación en los colegios, pero desde las mezquitas piden que se imparta la clase de religión
Son más de 26.000. La comunidad musulmana forma parte desde hace años de la sociedad gallega y, por eso, quieren compartir sus costumbres. «Facer unha educación proactiva», como explica Renée DePalma, profesora de la Facultade de Educación de la Universidade de A Coruña, que en unas semanas presentará un libro sobre la integración sociocultural en Galicia, realizado por cuatro investigadores, en colaboración con la Facultade de Socioloxía. Esa educación «proactiva» de la que habla es que se dé a conocer su cultura en Galicia para que los gallegos también entiendan la realidad de una comunidad con la que conviven.
«É unha das cousas que nos comentaron tanto membros de diferentes asociacións que hai en Galicia como profesores de colexios e docentes do Programa de Lingua e Cultura Marroquí que se imparte nalgúns centros por un acordo con Marrocos», explica. Desde la Comunidad Islámica de Galicia, su presidente, Mustafá Alendi, hace otra reivindicación. Pide que los alumnos de las escuelas e institutos gallegos que han solicitado cursar religiónislámica puedan hacerlo. Es, añade, a lo que se comprometió en su día el Gobierno central mediante un acuerdo suscrito con las comunidades musulmanas de toda España. El colectivo tiene constancia de la existencia en Galicia, donde están transferidas las competencias de Educación, de más de 300 demandas en centros de Arteixo, A Coruña, Vigo, A Estrada, Xinzo, Santiago y Lugo. «¡Mira las solicitudes!», dice Alendi, mostrando los folios con el sello del registro de la Xunta.
Pero un escrito remitido el pasado 8 de junio por la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria a la comunidad musulmana apuntaba que «de acordo coa información existente nos rexistros informáticos desta consellería e sen prexuízo da existencia doutra información non gravada, informamos de que non hai alumnado matriculado nesta materia na convocatoria actual».
Preguntada el pasado lunes por la cantidad de alumnos de religión musulmana que hay matriculados en Galicia, la consellería respondió que lo ha consultado con estadística, pero aún no ha respondido.
Para el representante de la comunidad musulmana en Galicia «sería muy importante que la religión islámica se impartiera en las aulas porque se evitaría que los niños o jóvenes buscaran información intoxicada sobre ella por otras vías como Internet».
Adaptar la dieta
Junto a la religión otra de las cuestiones que plantean algunos miembros de la comunidad musulmana, como coinciden DePalma y Alendi, es la alternativa de poder acceder a menús halal (los que acepta la ley islámica: prohíbe el cerdo o carne de animales que no hayan sido sacrificados en nombre de Alá). «Durante a realización do noso traballo -explica DePalma- puidemos comprobar que había colexios máis flexibles que trataban de adaptar o menú, mentres que outros se rexían polo que di estritamente a norma». Según la Consellería de Educación, «o decreto 132/2013, di que o menú será único para todos os usuarios do comedor escolar, agás nos casos de alumnos que padezan intolerancia ou alerxia alimentaria, xustificada por medio de certificado médico». Por tanto, añade, «os centros escolares non teñen ningunha obriga de ofrecer un menú alternativo a non ser que sexa baixo prescrición médica». En este sentido, Mustafa Alendi recuerda el caso de un centro de la provincia de Pontevedra en el que durante el curso pasado los alumnos trataron de llevar su propia comida, «pero no les dejaron».
El uso del velo
Otra de las cuestiones abordadas por la investigación de DePalma y sus compañeros es el tema del velo en el aula: «Vimos un pouco de todo. Hai centros que máis que prohibir do que tratan é de disuadir». Pero más allá de todas estas cuestiones, la integración de la comunidad musulmana en la escuela es buena en Galicia.
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